Poco a poco en tus manos

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Detestaba ese sonido agudo cerca del oído que indicaba el más horrible e universal mensaje que te recuerda que ya es otro día y estas obligado a levantarte a una hora que debería ser pecado. HyukJae no era diferente al resto de personas que detesta las alarmas cuya intención es interrumpir un buen sueño, un buen final alternativo para una vida que a veces está llena de desgracias.

Empezando el viernes con mal humor sacando un brazo de las cálidas y cómodas cobijas solo para sentir el viento helado que corría en la habitación; no quería ni imaginar cómo sería cuando todo su cuerpo tuviera que enfrentarse a eso. ¡Deseaba quedarse en cama! pero  su madre se había esforzado mucho en enseñarle el valor de una persona responsable, así que suspiro y gruño lanzando las mantas al otro lado donde no pudo volver a tomarlas.

Se desperezo sentado en la orilla del colchón y paso una mano por su rostro, el cabello enmarañado que vio en el espejo al entrar al baño lo asusto, igual que los ojos remarcados por ojeras y las marcas de saliva seca en las comisuras de la boca. Bufo irritado y se giró hacia la ducha decidido a no mirarse más hasta haber sacado esa imagen de somnolencia que lo hacía ver terrible.

El agua que caía por la regadera fue como hielo al principio, salto y lloriqueo sin apartarse, hasta que poco a poco fue mejorando la temperatura. Más despierto que antes fregó todo su cuerpo con la pequeña esponja azul con sus iniciales escritas a marcador permanente; cuando vives con muchos chicos que les gusta tomar tus cosas "prestadas" es necesario tomar ciertas medidas.... Aunque no quiere decir que todas funcionen. La otra vez descubrió que el champú que recién había comprado, y el cual les advirtió que NO tomaran, misteriosamente estaba por la mitad al día siguiente, y eso solo tenía una explicación lógica: Todos esos jodidos que se hacían llamar sus "hermanos" lo habían tomado, y la prueba estaba en que cada uno de ellos olía a chocolate con canela.

Hyuk salió con la toalla colgando de un hombro y todo su cuerpo descubierto, después de todo la ropa que usaría estaba sobre la cama esperando por él. Secó su cabello y comenzó a vestirse. En la agenda de ese viernes solo tenía una pequeñísima presentación en el escenario sin Donghae, luego de eso iría a la empresa para hablar con el coreógrafo y quedar para los ensayos, entonces tendría mucho tiempo libre hasta las siente que sería cuando se encontraría con el castaño para ir a la radio; era muy poco a comparación de las semanas anteriores y por lo tanto podía usar ropa cómoda en vez de lucir "genial" todo el día.

Se levantó y vio su reflejo en el espejo de cuerpo completo en el armario. Lucia bien, normal, como le gustaba verse. Unos jeans azúl marino rectos, no tan ajustados a sus piernas pero tampoco tan sueltos, una sudadera negra con un pequeño diseño en el pecho, y usaba calcetines graciosos de franjas blancas y negras con la cara de una cebra, habían sido un obsequio de su hermana por su cumpleaños, le encantaban y no le preocupaba usarlos ya que ¿quién iba a verlos?

Se agacho por los converse y se los coloco con torpeza estando aun de pie, una vez término salió de su habitación a enfrentarse a los chicos quienes parecían tener un día atareado.

-¡Joder voy tarde!- gritaba Yesung desde la estancia buscando entre los cojines de los sofás.

-¡Tengo que irme, aún hay comida en la nevera!- dijo Sungmin pasando alado de HyukJae cargando con una bolsa de plástico.

Shindong apareció de la cocina con un plato de cereales en la mano -¿¡Donde cojones esta Kangin!?

-¡Aquí!- respondió de pronto el aludido saliendo de su habitación arreglado y arrastrando una pequeña maleta. -¿Qué mierda haces? tenemos que estar en el aeropuerto en treinta minutos.

-En quince- corrigió Shindong metiéndose una enorme cucharada en la boca antes de avanzar hasta la estantería con CDs y revistas, dejando sobre todo eso el plato vacío y un camino de leche derramada.

Te conocí a través de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora