Capítulo 15

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Tenía mucho tiempo de no salir con nadie, en mi vida habían pasado cosas que me dejaron herida, hubo un tiempo que no queria salir, ni si quiera queria tener amigos, hasta que Ellie me ayudó, pensaba que las cosas bien podian haber sido de otra manera pero con lo que ha pasado el tiempo me doy cuenta que las cosas pasan por algo aunque aún no sepa bien el porqué.

-Hemos llegado señorita.- tan ensimismada estaba en mis propios pensamientos que no me di cuenta que ya habiamos llegado al lugar. - ¿Estás bien? Te veo pensativa.

¿Estaba bien? Si, me sentía mejor de lo que antes me habia sentido, pero los recuerdos dolían, estaban y estarían presentes siempre.

-Estupendamente.- dije encogiendome de hombros.- sólo pensaba en que color de pintura debería comprar.

El me abrió la puerta del coche, iba a interrumpirlo cuando me di cuenta que talves era mejor dejarlo ser cortés, después de todo se veía algo preocupado por mi tobillo.

-Mmm y ¿puedo saber qué parte de tu casa pintarás?

-Ohh si, es mi habitación.- dije sin pensarlo mucho mientras seguía caminando, cuando de repente sentí que Graham se habia puesto detrás de mi y había acercado su boca a mi oreja.

-Pues te diré, que a mi me gusta dormir en lugares con colores claros - sentía como una risa se escapaba de sus labios al pronunciar esas palabras. Su aliento me dió un escalofrío.

-N-no i-importa, de todas maneras yo seré la que dormiré ahí no tú.- y por puro reflejo me dí la vuelta y traté de lanzar una patada hacia atrás, pero.- Auch.- había olvidado mi esguince, perdí un poco el equilibrio pero sus manos me sostuvieron antes que mi cabeza chocara con el suelo.

-¡Pervertido!

-Hey, ten más cuidado, además yo jamás mencioné algo pervertido- cambió su despreocupada cara a una fingidamente sorprendida.- O ¿puede ser que tu Clark hayas pensado algo sucio conmigo?.- llevándose sus manos a sus brazos como protegiendose.- Ni siquiera me has invitado a cenar y ya piensas propasarte conmigo, eres una pervertida.- dijo esto último riendo.

-Cállate, estúpido.- volteé para que no viera mi sonrojo y él venia riendo atrás, siguiendome.- No sé porque acepté traerte.

-Ok ok, me callo pero ten cuidado con tu pie.

Tengo que admitir que si me dió risa también y disfrutaba de su compañía era imposible negarlo.

Entramos a la tienda de pintura y no tardé mucho en encontrar lo que iba a buscar, compré un color gris claro, y compré un lindo papel tapiz, aún tenía presupuesto así que también pensé en comprar un nuevo juego de ropa de cama.

-Clark, ¿segura que estás bien?- No había entendido porque me preguntaba hasta que presté atención, y me di cuenta porque lo preguntó, ya habíamos ido a 3 tiendas las cuales no estaban tan cerca una de la otra.- Hemos caminado bastante, ¿no te parece que sería bueno que descansáras?

Es verdad, lo pensé un momento no lo había notado pero las pulsasiones en mi tobillo se hacian un poco más fuertes, nada que no pudiera manejar pero mejor prevenir.

-Está bien, tienes razón descansemos un rato.- sonreí,  estaba en verdad agradecida me ahorró mucho tiempo con sólo el hecho de traerme hasta acá, pero recordé que él había hablado de una cita.- Por cierto, lamento si arruiné tu cita.

Me vió con unos ojos divertidos y llenos de ternura.

-No digas tonterias, no has arruinado nada, para mi el que me hayas permitido acompañarte y pueda pasar el día contigo es la mejor cita que pueda tener.- me sonrió.

Mi Bella ExcepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora