Martes, 9 de diciembre de 2003.
En el recreo le he dado una chocolatina a Zev, como la que me dio el martes pasado. Me ha dado las gracias y me ha sonreído contento. Mientras se la comía le he preguntado si quería volver a mi casa a jugar mañana, y ha dicho que sí.
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El niño que me gusta tiene una sonrisa triste.
NouvellesAmber está enamorada de Zev. Zev siempre tiene una sonrisa triste en el rostro.