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Domingo, 22 de febrero de 2004.

Mamá ha entrado en mi habitación cuando estaballorando y me ha abrazado. Me ha dicho que algún día volveré a ver a Zev, queno es su culpa que se haya ido. Yo no podía parar de llorar y le he preguntado por qué se ha ido, pero me ha dicho que son cosas de mayores. No lo entiendo. Zev y yo no somos mayores, así que esa respuesta es muy cruel.

El niño que me gusta tiene una sonrisa triste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora