Aventurilla

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Entramos a casa de mi tía, y todos voltearon a vernos. Sentí como Vegetta tomaba cada vez más fuerte mi mano, estaba muy nervioso.

-Tranquilo fiera, que mi familia no muerde. - Dije susurrando y riéndome a la vez. Noté como cada vez más subía de intensidad el color de sus mejillas.

- Y... Bueno Samuel, ¿A que te dedicas? ¿De donde se conocen? - ¿Era necesario esto madre?

- Mhm... Hago vídeos en YouTube, y pues nos conocimos hoy en la qued...
- Dijo Samuel, a lo cual interrumpí y dije.

- Nos conocimos hace tiempo ma, pero no en persona, hoy lo pude conocer en persona por fin. - Vegetta entendió que trataba de hacer que no fuera tan raro, por que acababa de estar sobre el, básicamente y luego decir que nos conocimos hoy, no tenía sentido.

- Ah, que bien. Eres bastante guapo, ¿de donde eres hijo? - ¡Benditas preguntas mamá!

- Yo vivo en Andorra... España, es bastante cuqui, está a las afueras de la ciudad. - Noté que lo nervioso se le empezaba a bajar.

-¡Oh! El lugar que querías conocer ___, donde hay unos chicos que te traen loca, ¿no? - Ahora la que se moría de vergüenza y estaba muy apenada fui yo, noté que Vegetta soltó una pequeña risita y mi madre me sonrió... Carraspee un poco.

- Emmm, madre, el es uno de esos chicos. - Voltee hacía los lados tratando de buscar ayuda de un familiar, cuando mi tía, la dueña de mi casa dijo.

-Eh, venga Ingrid, que lo espantas, ___, sube a tu habitación, y llévate a Samuel, enseguida subo comida - Yo sólo le sonreí y me puse de píe y empecé a caminar a la habitación.

- ___, no creo que sea correcto. Mejor me voy. - Y se soltó de mi agarre, no es como que fuese a amarrarlo a mi cama y no dejarlo ir jamás.

- Samuel, por favor no te vayas, un rato más. - Le hice un puchero y el me sonrió.

- Tengo que admitir algo... Jamás me gustó mi nombre... Hasta que tú lo pronunciaste. - Agarró mi mentón y me acercó a sus labios, me estaba hipnotizado. Me besó y sentí mariposas en mi barriga aunque creía que este chico estaba yendo muy rápido pero parecía que sus labios y los míos estaban encajando a la perfección. Nos despegamos y fuimos a la habitación. Llegamos y el se sentó en la cama y yo prendí la televisión, cuando alguien llamó a la puerta. Era mi abuela.

- ___, amor, déjame pasar, les traje algo. - Me levanté y le abrí la puerta, ella entró con una charola, había dos cervezas un poco de comida y unos vasos para hacer michelada. - Ya que tu amiguito no es de aquí, preparale una miche, e invitalo a dormir. Bueno, con permiso. - Dijo y salió del cuarto, Samuel sólo me observaba.

- Sam... Quédate a dormir, ¿si?
Le dije eso y Samuel contestó muy rápido.

-No, no, no, no, como crees que me voy a quedar aquí, van a pensar algo malo de mi.- Respondió Samuel, yo solo sonreí y me senté a su lado.

-¿Que van a pensar de ti? Si solo vamos a dormir.- El solo se sonrojó y se limitó a aceptar, le preparé la michelada y me preparé una a mi, cenamos, nos tomamos las bebidas y noté que el ya estaba un poco borracho.

- ____... ¿Sabes? Te me haces muy bonita- Dijo él, con algo de dificultad.

-¿Que dices? Anda, a dormir galán - Quite la bandeja de la cama y acomode la colcha.

- Yo no quiero dormir.- Dijo sonriendome

- No es pregunta jovencito, ya hay que dormir.- Ya estábamos recostados.

-Ostras! No les avisé a los chicos, que me quedaría! - Dijo mientras se buscaba el móvil en el pantalón.

- Vale, dame tú móvil, le marcaré a Fran! - Me entregó su celular y lo desbloqueó con la huella, su fondo de pantalla era una mujer como de unos 30.

- No puede ser que tengas novia y acabes de besarme - Solté al ver la imagen.

-¿QUÉ?- Dijo el bastante confundido.

- QUE TIENES UNA CHICA DE FONDO! - Estaba enojada, porque el me había besado y no puedo creer que el le sea infiel.

- Pequeña, dejame explic...- Dijo él tomando mi mano.

-No hay nada que explicar, solo soy una aventurilla que ibas a tener en otro país, y esta bien. - Bufé.

- Cuando me siento triste y no tengo a mi mamá cerca ella me dice que piense en ella y así me calmaría, la de mi fondo de pantalla es ella, hace muchos años. La pongo ahí para sentirme seguro cuando viajo. Porque en realidad me dan miedo los aviones. -
Me sentí como una maldita estúpida.

-Tu mamá estaba hecha una modelo - Estaba bastante avergonzada y el solo me sonrió, me extendió su mano y me acostó junto a él, pegó su nariz a la mía y nos quedamos dormidos.

*edited*

¿El amor de mi vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora