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Me acuesto boca abajo y comienzo a cerrar mis ojos, siento mi cabeza doler y mi cuerpo se tensa al sentir unas manos en mi espalda.

— Ca-Calum. — susurro intentando que quite sus manos.

— Dame un beso, Liv. Te extraño. Te extrañé tanto, te necesito. — siento como comienza a meter sus manos dentro de mi camisa. Haciendo que mi piel se erice. Apretó mi cintura y fue inevitable no soltar un gemido. — ¿Ves, sientes como me pones? — pregunta con voz ronca y es entonces cuando siento que coloca su erección en mi trasero.

— Calum, por favor. — ruego porque se aleje. Sin embargo una parte de mi quiere besarlo, sentirlo, porque siempre lo quise. Desde pequeña.

— Solo un pequeño beso, Liv. — vuelve a rogar. Maldigo y mando a la mierda todo. Me volteo y todo su rostro entre mis manos, delicadamente para no lastimarlo más de lo que ya está, él me mira sorprendido, pero después acaricia mi cabello y suavemente me besa. Lo abrazo por el cuello y cierro mis ojos, sus labios se sienten tan bien. Sus manos van bajando y en un instante estoy con mis piernas de lado a lado sobre su regazo, él se mueve y siento como su erección roza con mi entrada.

— Ca-Calum. — gemí. Sus manos viajaron a mi trasero y lo apretó.

— No sabes las ganas que tengo de que seas mía. — gruñe sobre mis labios y yo muerdo estos. — Muévete.

— ¿Ah? — pregunté confundida.

— Muévete sobre mi, Liv. — me mira necesitado y yo me sonrojo. Comienzo a moverme lentamente y una corriente pasa por mi columna. Él lanza un gemido. Aumento la velocidad de mis caderas y me apoyo de sus hombros.

Pasamos así varios minutos, Calum besa mi cuello y acaricia mis pezones con sus pulgares.

— Cariño. ¿Quieres ver mi polla?

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Maldita sea, me reí muchísimo con el final, no me maten, es que satan, Calum es un dios griego, tenía que hacer esto

teach me :: afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora