Desmedido

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El amor nunca muere. Es semejante a la materia, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Aunque a veces el amor se va degradando, ni siquiera el hierro es capaz de aguantar el óxido provocado por su reacción con el oxígeno. 

Uno nunca se enamora como la primera vez. Con el paso del tiempo se pierde la magia, la inocencia, y todas esas cosas que alguna vez hicieron eco al enamorarnos. Al final se consolida un amor más maduro, pero no igual de intenso. 

Si les soy sincero, preferiría el amor desenfrenado antes que el calmado. Siempre fui adicto a las emociones fuertes; si no eran fuertes no me movían. Me gusta que la gente ame de manera dura, que de todo por ese amor, que se sacrifique, que luche, que desee incansablemente lograrlo todo, nunca me gustó lo medido. 

He vivido siempre de manera medida, yendo siempre por lo debido. Quiero un amor desmedido, que me saque de mis casillas y me eleve por encima de los muros de este mundo, que le dé adrenalina a mi cotidianidad.

Hálito poéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora