Injusta felicidad

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La felicidad es una injusticia, contemplaba aquel infeliz poeta mientras observaba a la mujer que amaba caminar junto a otro.

¡Renuncio a mi felicidad! Si para que yo sea feliz alguien debe cargar este dolor que me oprime el pecho, pues entonces no quiero la felicidad, quiero ser infeliz.

Pienso que sería un acto barbarico arrebatarle la felicidad a alguien sólo para yo ser feliz. Si para que mi felicidad viva los demás deben cargar con penas como las que yo cargo, entonces no puedo ser feliz.

Desde aquel día el poeta abandonó sus deseos, abandonó sus sueños, vivió sin culpas y murió felizmente infeliz, solo como el sabía.

Hálito poéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora