I. Un nuevo comienzo

17 1 0
                                    

Despierto. Abro los ojos.

Se me hace extraño no ver mis paredes verdes, en vez de eso veo estas frías y grises.

Tal vez tarde un poco en acostumbrarme a este nuevo cuarto, a esta nueva casa, a esta nueva vida. Todos los cambios son difíciles.

No me mal interpreten, no extrañó mi vieja vida, esto podría ser un nuevo comienzo. Sólo espero que esta vez salga bien.

Nos mudamos hace un par de días porque mi padre consiguió un nuevo empleo, es lo mejor para todos. Sé que mi mamá se siente aliviada de mudarnos, ella también cree que será un buen comienzo para mí. Siempre preocupándose.

Me levanto y me visto rápido poniéndome una playera roja con mangas largas y un pantalón negro, me pongo unos Vans negros con un patrón de pequeñas hamburguesas, estos son mis favoritos. Estoy emocionado, hoy voy a entrar a una nueva escuela. Espero hacer amigos, espero que todo mejore.

Al bajar por las escaleras noto a mi madre junto al comedor sirviendo los platos, parece que sirvió panqueques. Me encantan los panqueques, ella lo sabe, por eso los hizo.

-Se que te encantan- dice refiriéndose a los panqueques -Vamos cariño, vas a tener que comer rápido porque podrías llegar tarde a tu nueva escuela-

-Claro- digo con voz nerviosa, parece que lo notó.

-Tranquilo, todo va a salir bien- veo que sus ojos se empiezan a hacer cristalinos -Todo será diferente- dice reprimiendo un sollozo. No me gusta cuando mi madre recuerda mis problemas.

Me quedo callado, no sé qué decir, ver a mi mamá de esta manera hace que me sienta culpable. Me acerco a ella y le doy un abrazo que al instante fue correspondido. Nos quedamos así un momento, un perfecto momento, un momento en el que me siento protegido.

-Bueno, tienes que apresúrate si no quieres llegar tarde a clases- dice aún con los ojos llorosos mientras se separa de mí. Desayuno rápido, no quiero llegar tarde, no quiero tener que tocar la puerta del salón para pedir permiso de entrar y que todos me vean.

Estoy listo para irme, así que tomó mi mochila que había preparado desde ayer en la noche y me despido de mi mamá, se ofrece a acompañarme pero me negué, prefiero ir solo, prefiero estar solo.

Me pongo nervioso al ver la entrada de la escuela, ¿Y si todo sale mal?, ¿Y si lo vuelvo a arruinar? Alejo esos pensamientos de mi cabeza y me decido a entrar, realmente no sé a donde ir. Ayer vine con mis padres para hablar con la directora y arreglar unos papeles, me dieron una hoja con mi horario, me dice que tengo que ir al salón C106 ¿Qué demonios? ¿Cómo voy a saber dónde está?

Ahora mismo estoy en un pasillo que va desde la entrada, hasta el patio principal. Al acercarme me doy cuenta de que hay tres edificios color azul celeste alrededor del patio. Me acerco al primero para ver mejor los salones y noto que en cada uno hay un letrero de plástico en el que dice: A100... A101... Y así sucesivamente. Supongo que cada edificio representa una letra, me acerco al siguiente y lo confirmo, este dice: B100... B101... Y así progresivamente. Me acerco al tercero esperando ver el salón C100 y así es.

Sigo caminando hasta encontrar el salón C106. Cuando lo encuentro miro por la pequeña ventana circular que tiene la puerta y noto que hay muy pocos estudiantes, quedan 15 min para entrar a clases, creo que después de todo no iba tan tarde, pero bueno, así es mejor.

Abro la puerta con nerviosismo y noto distintas miradas, me siento algo incómodo. Veo un lugar vacío en la esquina del salón y voy directo ahí intentando ignorar las miradas. Dejo mis cosas a un lado, me siento y recargo mi cabeza y brazos en la mesa que tengo al frente. Ya nadie me mira, me siento aliviado, así es mejor.

Han pasado unos cuantos minutos y sigo esperando a que inicien las clases, es muy incómodo ver cómo se va llenando el salón de gente haciendo sus grupitos y yo siendo el único sin compañía.

Fijo mi mirada a un chico alto y de piel morena, tal vez demaciado tiempo, o al menos lo suficiente como para que esté se percatara de que lo estaba viendo. Me mira un momento y aparto mi vista de golpe, sintiendo como se calienta mi rostro tomando un color rojizo.

Estoy mirando a la ventana cuando siento una mano sobre mi hombro.

-¿Hola?- miro la mano, volteo para ver quién me está hablando y como me lo esperaba es el chico alto al que me quede viéndolo como un completo idiota.

-H-hola, s-soy nuevo- digo con voz temblorosa.

-Eso ya lo sé- dice soltando una pequeña risa en tono de burla -¿Cuál es tu nombre?-

-P-puedes llamarme D-dan-

-¿Porqué hablas así? Tranquilízate un poco- me dice dandome un golpe en el hombro. Hago una pequeña mueca y él lo nota, responde con una risita- Bueno D-dan- dice imitando mi tartamudez -Yo soy Jake- Me extiende su mano en forma de saludo.

Sonrío y cuando estoy a punto de estrechar su mano la quita.

-Demaciado lento- me dice con tono de burla mientras aparta su mano rápidamente llevándola a su espalda. Hace que lo mire con un poco de enojo -Cálmate, sólo fue una broma- dice rodando los ojos y extiende su mano hacia mí con una mirada de disculpa.

Vuelve a hacer lo mismo cuando intento estrechar nuestras manos, lo miro enojado mientras veo como se ríe de mí. Lo sabía, pasará lo mismo que antes, sólo me verán como alguien de quien burlarse, sólo me verán como alguien de quien poder entretenerse un rato cuando estén aburridos. Al recordarlo no puedo evitar tener ganas de llorar ¿Porqué soy tan frágil?

Jake pone mirada sería al ver mi rostro -Oye, ¿Qué te pasa? No quise que te pusieras así- dice suspirando.

No contesto.

-Ya cálmate, si te comportas así no vas a durar mucho aquí- lo oigo decir con tono de fastidio.

-Lo sien...-

-No lo hagas- me interrumpe -no te disculpes, sólo tranquilízate, no seas marica-- hago lo que me dice sintiéndome algo ofendido.

-Así está mejor- dice con una sonrisa un poco forzada en su cara.

Miro la puerta y entra la maestra, preparándose para dar la clase. Noto de reojo que Jake se sienta al lado mío haciendo una expresión de fastidio por el inicio de clases.

EL desastre de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora