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La temperatura había aumentado encima de lo normal; las últimas dos semanas el cielo estaba despejado y el viento parecía haber desaparecido. Londres se había vuelto sofocante. Sentado en el rincón más apartado del restaurante del edificio Harry observaba como Louis degustaba la ensalada de frutas que tenía al frente.

Hacía tiempo que el rizado se había desconectado de la plática que mantenía con dos miembros del equipo de mercadotecnia. Sus pensamientos parecían estar en otro planeta.

Todo había cambiado después de las vacaciones, no estaba seguro si el impresionante cambio físico del ojiazul había provocado un cambio dentro de él, o la salida al restaurante, o el hecho de haber descubierto la orientación sexual de Louis. Harry no lo sabía; lo único que sabía era que sus ojos buscaban desesperados a Louis, y se tomaba el tiempo para apreciar cada detalle de su rostro, como las ligeras arrugas se formaba alrededor de sus ojos cuando sonreía haciendo que se cerraran casi por completo, los delgados que eran sus labios, la forma en que su bello facial crecía, la manera que su cabello mostraba tonos marrones y cobrizos, el contraste entre sus ojos azules y las pestañas marrones.

Y su cuerpo. Se había descubierto pensando en su cuerpo en los momentos más inapropiados. Observándolo a través de los cristales que separaban su oficina del pasillo, el trasero prominente debajo de los pantalones ajustados que solía vestir, y las camisas que revelaban parte de la piel bronceada del pecho. Había empezado a tener pensamientos ardientes con ese cuerpo que, unos meses atrás parecía el de un joven en desarrollo y ni siquiera lo contemplaría para algo sexual.

Al principio le había parecido divertida la clase de pensamientos que cruzaban su mente ante la presencia de Louis. Pero muy prontos esa diversión se había vuelto irritación consigo mismo, y se había puesto a buscar alguna explicación lógica. Era posible que sufriera una recaída. Llevaba muchísimo tiempo sin mantener relaciones con un chico. No desde la universidad, con su compañero de cuarto, pero después de eso no hubo nada más. Cuando el problema fue diagnosticado, Harry trato de buscar alguna solución con rapidez. Era cierto que había tenido un par de citas con hombres en su mayoría atractivos, pero ninguno capaz de complacerlo. Abrió la agenda negra y eligió un nombre al azar. Un modelo con el que se había topado en diversos eventos sociales. Había guardado su número para después llamarlo pero jamás lo hizo. Esa sería una buena oportunidad, podría borrarse ese interés sexual con el modelo.

Pero desafortunadamente el plan había fallado. El primer encuentro tuvo lugar en un restaurante para poder ponerse al día con lo que pasaba en sus vidas, pero Harry jamás había tenido una plática tan más aburrida en toda su vida. Carlos hablaba solo de la nueva línea de ropa, y eso al rizado lo ponían de nervios. El segundo encuentro había sido en un club animado, donde la música resonaba por todo el lugar y la masa de cuerpos impedía moverse el lugar había sido un pésimo escenario para hacer la propuesta de una noche sin compromisos. Y debido al estrés que esto le provocaba decidió dejar al modelo solo.

Con lo que dejaba con el gran problema, la cuestión era que su secretario le gustaba. Tenía que admitirlo, quería tumbarlo encima de su escritorio de caoba y recorrer cada milímetro de su piel.

Con la interrupción de uno de los hombres de mercadotecnia acabo con la agradable fantasía de un bóxer color marino tirado en el piso, Harry volvió a la realidad dándose cuenta que se había perdido de una plática muy importante.

Más tarde, después de unas horas revisando algunos informes, Harry decidió ponerle fin a su preocupante situación. No era normal que el chico de ojos azules le hiciera perder el sueño y la concentración.

La única solución era llevarlo a la cama. Y el solo pensamiento hizo que su entrepierna se endureciera y su temperatura corporal subiera. Estaba decidido, la única forma de acabar con su curiosidad era haciendo suyo a Louis.

Secretario |L. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora