Capitulo 25

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Es muy fácil señalar y juzgar a una persona cuando no se está en su lugar, eso había hecho Alex con Adele y así otros tantos. Adele ya estaba harta de esta situación, de los señalamientos de las personas sobre su vida, nadie sabe el dolor que sintió y aun siente, solo ella pude juzgarse por si misma. No iba a permitir que otra persona emitiera algún comentario sobre ese tema tan delicado, ni si quiera su hija quien muy pronto se convertiría en su peor juez.

Todo en la competencia había salido perfecto, Alison y Angelo ganaron cada uno en su categoría y el dueto, el baile grupal también se llevó el primer lugar. Todos partieron a sus casas después de la discusión, en el lugar de la competencia era el rumor de pasillos.

Alex

—¡¿Cómo querías que reaccionara?! —dije aun molesto tirándome en el sofá.

—¡Se que no es fácil! Pero no ahí, todos hablan de eso. Alex, Los gritos se escuchaban hasta el pasillo —dijo Uvanna acercándose a mi.

—¡Despues de veinte años vengo a enterarme que tengo una hija! Y que la mujer que la trajo a este mundo la dio en adopción. ¿Querías que aplaudiera su acción? —pregunté irónico.

—¿Una hija? ¡¿Tienes una hija?! —preguntó mi madre soltando las bolsas del mercado, yo me acerque para ayudarla.

—Si y se comportó como un completo imbécil —respondió Uvanna fulminándome con la mirada, tomó jugo de la nevera y salió.

—¡Yo lo sabía!

—¿Qué? ¿Lo sabias? —pregunté confundido ante su respuesta.

—Sisisi, pero ¿Quién es su madre? —suspire ante su pregunta.

—Adele —respondí sin mas, sus ojos se abrieron como platos.

—¿La mujer de la que me hablaste el otro dia? ¿La niña de Londres? —preguntó rápidamente y y solo asentía —Pero si eso fue hace veinte años... ella tenia catorce, entonces...

—Si y ¿sabes que? Al nacer la dio en adopción —cada vez que recordaba eso mi sangre hervia.

—Yo no estaría tan segura de eso —respondió con firmeza, la miré con confusión y antes de que yo pudiera decir algo ella prosiguió —Mañana iré a la academia.

—¿Qué? ¿De qué hablas? Mamá, ven... —no hizo caso a mi llamado y se marchó a su habitación. Yo me tiré nuevamente en el sofá y mi mente no dejaba de pensar en el hecho de que tenía una hija, pero no sabía en donde estaba ni con quien.

Adele

Me sentía traicionada, juzgada, acorralada, devastada, enojada, aun no asimilo que Simón me haya expuesto de la manera en que lo hizo, ha llegado el momento de dejarle las cosas claras, fue suficiente con el acto de hoy.

—Angelo, necesito que subas a tu habitación, contigo hablare después —dije seria, Angelo estaba con Simón en la sala de juegos.

—¿Pasa algo? —preguntó viéndonos a los dos con confusión.

—Te explicaré después, cariño. Ahora ve a tu habitación —el salió de la sala con la cabeza baja, se podría reflejar en su rostro la tristeza.

—¿Quien te dio el derecho de hacer lo que hiciste hoy? —pregunté furiosa tratando de mantener algo de calma.

—Adele, estoy muy avergonzado, lo siento, pero trata de entenderme... —respondió en modo de defensa ¡¿Entenderlo?!

— ¡¿Entenderte?! Nunca me debiste haber expuesto de esa manera —respondí al punto de empezar a llorar ¡Pero no! basta de lágrimas

—Lo sé y estoy arrepentido, sé que fui un imbécil —respondió acercándose a mi, mi piel se estremeció y yo miraba sus labios con deseo... ¡No!

When We Were YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora