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"Ruben se colocaba la camiseta que su madre le había regalado para su cumpleaños, era muy bonita, y combinaba con su gorra. Tenía propuesto ir de fiesta con sus amigos. Mientras se lavaba los dientes, oyó el ruido de la puerta.

- ¡Ya, espere!

Sonó cada vez más fuerte, colmando la paciencia del chico.

-¿Quien es aho...- Quedó callado al contemplar a Samantha con la ropa rota y lloriqueando.- Sam, eres tú.

-Ruben, ¿puedo quedarme contigo esta noche?- Dijo la chica tratando de taparse uno que otro agujero incómodo.

- Mira, yo no estaré aquí esta noche.- Verla así realmente le dolía, y cuando estaban juntos lo único que hacían era mirarse hasta perderse entre los sueños de ellos mismos.

- Por favor, me anda buscando, y no quiero que Aaron me encuentre.- Dijo asustada tratando de mirar a los ojos a Ruben, como antes hacía.
Ruben no contestó, debido a una llamada.

-Hola, Alex.- Dijo mirando a la chica, que mantenía la cabeza agacha.- Esta noche, no cuenten conmigo.

- ¿Qué?, ¡Pero tío!- Logro escuchar Sam. Y así sin mas, dio por terminada la llamada.

-Entra Sam, y disculpa el desorden, juró que mi habitación si esta ordenada- rieron los dos.

Sam entro, y abrazo a Ruben. Este quedo estático, y pudo sentir como el cuerpo de la chica-que era una de las millonadas de cosas, por las que se había enamorado de ella.-temblaba junto al de él.

- Tranquila, todo estará bien.- Dijo acariciando el brazo de la chica."

3 a.m.; rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora