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“En ese entonces, Samantha y Ruben estaban en la cama, desnudos, y con sus piernas entrelazadas. Sam se mantenía callada mirando como su hombre dormía plácidamente, le encantaba como le hacia sentir, sabia completamente, que estaba enamorada de él.
Ruben abrió los ojos encontrándose a su chica, abrazándolo por la cintura y poniendo su cabeza en su pecho.

—Hola guapa.- Pronuncio el chico, sobresaltando a Samantha la cual mantuvo la fija vista en sus labios.- ¿Los quieres?- Pregunto descaradamente Ruben.
 
Un beso lleno de amor y ternura fue la respuesta que Ruben estaba esperando. Cuando se separaron, para tomar aire, el chico pudo ver los ojos celestes cielo de San, esos ojos que le decían palabras sin siquiera nombrarlas.

—No se cuantas veces lo diré, pero realmente, me tienes loco Samantha Torres.

3 a.m.; rdgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora