Capítulo 16

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¡FELIZ NAVIDAD! 🎅



LAUREN'S POV


"Breep, breep, breep"


Maldito despertador, qué haces sonando a las siete de la mañana. Mi mano fue a estrellarse con el botón de este, pero al parecer, lo rompí en ese mismo instante y el sonido ahora era mucho más fuerte, se clavaba en mis oídos.


-No, no, no. Mierda.- Al incorporarme en la cama cogí el despertador entre mis manos intentando apagarlo suavemente pero no funcionaba, cada vez sonaba más y más fuerte hasta que la puerta de mi habitación se abrió, mostrando a Ed despeinado refregándose los ojos con los nudillos.


-¿Qué cojones pasa? Apaga esa mierda.


-No sé cómo pararla, ¿no creer que la hubiese parado ya? Encima esta mierda es solar y no puedo quitarle las pilas porque no tiene.- Lo miré por todos lados. Alguien más irrumpió mi habitación.


Vero avanzó hasta mí con los ojos entrecerrados al estar la luz encendida por culpa de Ed, cogió el despertador y con fuerza lo estrelló en la pared, causando así que dejase de sonar.


-Mejor así.- Sonrió y se dejó caer en mi cama, acurrucándose con mi almohada.


-Verónica Iglesias, sal de ahí, joder.


-Que te jodan, tienes que ir a trabajar, perdedora. Lauser.- Me sacó el dedo del medio para seguir acurrucada entre mis sábanas. Una risita de Ed hizo que le mirase y él dejase de reír al momento.


-Perdón, perdón, yo... ya me iba.


Y así desperté el día 24 de diciembre, el día que tenía que trabajar antes de que tuviese oportunidad de ir a ayudar con todos los preparativos a la casa en la que estuve viviendo gran parte de mi vida, pero antes de eso... con el dinero que me diesen, iba a comprarle a Camz su regalo de Santa Claus.


Al entrar a la imprenta, hablé con el encargado y después de ponerme un abrigo bastante gordo con el logo del periódico, cogí una de las bicicletas para ir repartiéndolo. Parecía mentira, porque era el día antes de Navidad y la gente estaba tan metida en sus móviles, en sus propias vidas, que no se daba cuenta de que por fin llegaba la Navidad.


Que vale, que está bien si es un día inventado para vender objetos... Pero al menos en ese día las familias se unen aunque sea para cenar, ¡mis abuelos iban a venir desde Cuba a cenar en familia!


En la bicicleta sentía como mis pómulos quemaban del frío tan asolador que hacía en Boston a aquella temprana hora, pero lo seguía repartiendo los periódicos, que no eran pocos, y estaban cargados en mi mochila y en los laterales de la rueda trasera.


Después de largas horas recogiendo y repartiendo los malditos periódicos, terminé mi tarea, recogí el poco dinero que era mi salario seguro de cada día y caminé en busca de algo que comprarle a Camz.

Aurora; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora