Capítulo 5: "Primer día de clases = problemas"

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Sentí como me zarandeaban fuertemente, pegue un manotazo al aire y luego di una vuelta entre mis sábanas.

— ¡Vamos, Fiore! ¡Debes levantarte!

Solté un gruñido, cuanto sueño y no dejan dormir.

— Cinco minu...más.

— ¡No! ¡Llegaremos tarde al Gran Comedor y no alcanzaremos a desayunar!

Con la palabra desayuno mi estómago rugió  y me obligue a levantarme de un salto.

— Tenías que haberlo dicho antes, muero de hambre.

Rebecca me miró furiosa.

— ¡Métete al baño ya!

La pelinegra prácticamente me metió a empujones en el cuarto de baño.

Me di una ducha rápida, no duró ni cinco minutos, cuando salí Rebecca ya no estaba en el dormitorio pero mi uniforme estaba encima de la cama.

Cuando me puse la túnica y la capa me miré en el espejo, mentiría si te digo que me fascinan las túnicas,  prefiero mil veces la ropa muggle.

Baje a la sala común, Rebecca estaba ahí esperando, se veía tan malhumorada que casi me echo a reír ahí mismo.

— ¡Por fin! Ya es tarde, no hemos desayunado y tenemos clases de Encantamientos, estamos llegando tarde.

Me tomó del brazo antes de que comenzara a protestar.

Caminamos por las mazmorras, llegamos al vestíbulo de suerte no más.

— ¿Dónde queda el aula de encantamientos?

Rebecca me miró como diciendo "¿es enserio niña?"

— En el tercer piso, Fiore.

Nos dirigimos a las escaleras, algunas se movían dificultando así nuestro trabajo de llegar al tercer piso, incluso hubo un momento en el que estuve a punto de pisar un escalón falso, si no fuera por Rebecca ahora mismo estaríamos atrapadas en medio de una escalera.

Cuando por fin llegamos al tercer piso nos dimos cuenta que con exactitud no sabíamos dónde estaba el aula de encantamientos ni a dónde ir.

Solté un gemido y mi estómago gruñó.

— ¡No puede ser posible! ¡Estamos perdidas! ¡Ni siquiera hemos desayunado!

Los ojos de Rebecca comenzaron a llenarse de lágrimas.

— ¡Nos vamos a perder la primera clase! — exclamó, como si no pudiera creer aquello, y luego añadió con  voz lastimera — la primera clase siempre es la más importante.

Se escucharon unos pasos corriendo y luego una pelirroja choco con nosotras.

— ¡Ginger!

Ella nos miró irritadas.

— ¡Las he venido siguiendo par de idiotas! — exclamó furiosa — ¡les grité para que se detuvieran! ¡vamos, acá está el aula de encantamientos!

Seguimos a Virginia procurando que no notara ni siquiera que respirabamos, dimos varias vueltas , subimos y bajamos, tomamos diferentes supuestos atajos, pasamos a través de pasadizos secretos hasta que llegamos a una puerta, pero estaba cerrada con seguro.

Virginia gruñó.

— ¡Estoy segura de que tenemos que pasar por ésta puerta para llegar al aula!

Las tres comenzamos a forcejeár con la puerta, pero fue inútil.

— ¿Acaso ninguno se saben un encantamiento abre puertas?

Fiorella Lestrange: La vida de una Sangre Pura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora