Praderas de la rutina

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El cordero aguanta la jura del látigo sin freno,

pero pronto se lanza a buscar la pradera

entonces ya no hay reclamos,

solo un grito de ira en la cordillera.

Rápido , mas rápido

y mis brazos se abren, mi mirada rastrea,

ya no hay fuerzas para salir de esta enredadera

pero si , buscando en tu rutina

podrás ver el triunfo en tus heridas.

Conversa del niño soñador y su interno profesor de caucesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora