Iremos a la guerra.

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Se bajo de la motocicleta de Daryl una vez que se detuvieron en el lugar mencionado. Rick y Hershel venían detrás de ellos, estacionándose de igual forma cerca del lugar.

Inspeccionó el lugar con sus ojos cristalinos y se dio cuenta que no había peligro alguno, a menos que alguien estuviera dentro del lugar donde tendrían aquella reunión. Rick salio del auto, le hizo una seña a Hershel para que permaneciera en el auto y estuviera atento.

Siguió a Ellie y Daryl por el lugar, asegurándose que no hubiera ninguna trampa o algo por el estilo. El lugar era una especie de fábrica pequeña abandonada, y algo escurridiza, pues tenia unos grandes container en el lugar. Habían quedado de entrar por la parte trasera del lugar, de esa forma no serian un blanco tan fácil.

Daryl apunto a aquella casa en la que tendrían que esperar al gobernador, y sigilosos se dirigieron al lugar. Había un caminante derribado, no recientemente, Daryl se agacho a examinarlo pues se veía que sucedió hace poco.

Rick le apunto a Daryl la ventana del lugar, para que se mantuviera vigilando desde afuera. Ellie acompaño a Rick al interior del lugar, y solo miro a Daryl asiéndole un gesto con su cabeza.

Entraron por detrás, la puerta estaba entre abierta asiendo mas tensó el lugar. Ellie iba detrás de Rick atenta, saco el seguro de su arma con cuidado al igual que Rick. Se adentraron al lugar, en el interior había una mesa con dos sillas, al parecer hablarían en ese lugar.

Subieron los escalones con cuidado, mirando todo el lugar. Ellie levanto su arma enojada al escuchar unos pasos en el lugar, y quiso apretar el gatillo mil veces al verlo otra vez, el gobernador.

Quedó frente a los dos, y levantó sus manos sonriendo al ver que Ellie aún no bajaba su arma. Rick y la castaña solo miraron al hombre serios, enojados, la verdad sus miradas asustaban.

Y el gobernador al ver como los dos Grimes no sonreían, solo borro su sonrisa de su rostro y bajo las manos rendido.

—Tenemos mucho de qué hablar.— dijo al fin el hombre mirando a Rick.

Se sentía el aire tenso en el lugar, al ver que Rick y el gobernador al fin se conocen. Rick no borraba aquella mirada de furia que tenia en su rostro, y Ellie ya se estaba poniendo nerviosa por eso.

—Nos atacaste.— gruño Ellie bajando su arma pero aun teniéndola firme en su mano.— pone las cosas muy claras.

—Es un placer verte de nuevo Ellie.— le dijo con una sonrisa perversa.— veo que ya te curaste de todos mis recuerdos.

—Cierra tu maldita boca.— le miro con furia.

—Estaba tratando de dejar las cosas claras.— se refirió al ataque de la prisión.— pude haberlos matado a todos. No lo hice.

—Y aquí estamos.— hablo Rick mirando el lugar.

Los dos Grimes levantaron rápidamente sus armas al ver como el hombre tocaba su cinturón donde tenia su arma, enojados le apuntaron sin dejar que el hombre siguiera con sus movimientos.

—Voy a retirar mi arma.— levanto sus manos demostrando que no tenia intenciones de nada.— Prueba de que quiero negociar de buena fe, me gustaría que hicieran lo mismo.

Ellie dirigió su vista a la ventana, Daryl estaba mirando por está atento de cualquier cosa y agradecía eso. No confiaba en el gobernador para nada, y no caería en ningún truco de aquel hombre.

—¿Puedo?— preguntó sacando lentamente aquel cinturón donde portaba su arma.

Lo mostró en sus manos y lo alejo, dejándolo encima de un mueble que estaba en aquel lugar. Rick y Ellie seguían desconfiados con sus armas en alto, la chica solo miro a su padre esperando que le diera la señal para bajar su arma.

How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora