How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.)

No se trata de mi.

"Acomodó su corto cabello detrás de su oreja, sinceramente ni recordaba como era sentir el largo de su castaño cabello.

Sentía paz y felicidad en ese momento, y escuchaba como la mayoría de las personas estaban felices y a salvo en ese lugar. Todo era verde, como si todo aquéllo que alguna vez fue malo se marchó para siempre.

Tocó levemente la gran cicatriz que tenía en su ojo derecho, recordando la mayor parte de como había sucedido eso y de como quedo ciega del mismo ojo.

Pues su pupila estaba opaca y algo blanca, mientras la cicatriz adornaba en forma vertical desde su ceja, pasando por su ojo y terminando en su mejilla."

Y de repente sus ojos se abrieron para dejar de relajarse con el viento que movía fuertemente su cabello castaño claro. Recordó como iba en la moto de su esposo Daryl pues escuchaba el motor de esta, y sentía el viento de la velocidad que llevaban.

Sus brazos iban rodeando la cintura del hombre que manejaba como siempre, se dirigían con los demás.

Todo había cambiado, desde que Alexandria había renacido desde las cenizas. Empezando la guerra con los salvadores y preparándose para lo que en verdad vendría, estaban decididos a no perder contra esos tipos.

Solo una persona había iniciado esto, y esa persona debía morir.

Personas morirán, personas lucharan, pero esto debía acabarse ahora mismo. Aquello pensaba Ellie al estar mirando como ahora se acercaban a una amplia carretera donde los esperaban los demás, el plan debía comenzar.

Luego de haber avisado a Dwight del plan que se llevaría a cabo, estos empezaron a hacer las primeras movidas del juego.

El primer trabajo fue encargarse mayormente de los puestos de vigilancia que los salvadores tenían en la mayor parte del terreno cerca del santuario, asesinando y tachando cada nombre que habían escrito en unos papeles.

Alexandria hacia las primeras jugadas de aquella partida, a espaldas de Negan y los salvadores. Ellie seguía teniendo una parte importante en Alexandria, pues siendo la hija mayor del líder tenía que actuar como tal.

Levanto su clara mirada contra el viento, viendo desde lejos como se encontraba un vehículo en la carretera. Carol los esperaba sonriendo al ver que estaban bien, la mujer estaba con aquella armadura que usaban los hombres del reino.

Al igual que Morgan que estaba sentado en el piso con su espalda apoyada en el anti vuelco que tenía esa carretera, el hombre sostenía su palo con algo de seriedad.

Sabía que el moreno había cambiado en las últimas semanas, era frío y ya no dudaba en asesinar, podía darse cuenta de aquello al ver que su palo tenía punta y sangre.

También se encontraba Tara que estaba concentrada mirando el reloj en su muñeca y comiendo un dulce rojo que se mantenía en su boca, estaba calculando el tiempo.

Daryl detuvo la motocicleta con cuidado, poniendo su pie en el piso y haciendo que su chica pudiera bajarse. El sol pegaba fuertemente en la carretera, era una mañana tranquila.

—¿Todo bien?— preguntó Ellie, al acercarse a Carol.

—Esperando.— respondió Tara sin dejar de ver su reloj.

La castaña sonrió cuando vio como Tara le ofrecía uno de aquellos dulces rojos y largos, era una lindo detalle.

Lo puso en su boca saboreando el dulzor del caramelo, era algo rico para ella en esos momentos pues los dulces le relajaban.

—Espero que todo les salga bien.— susurró Ellie aún con el dulce en su boca, y sintiendo que Daryl llegaba a su lado.

—Saldrá bien, Dwight tiene la mayoría de la mierda controlada.— escuchó la ronca respuesta de su esposo, relajando un poco sus nervios.— Rick quería que estuvieras con el.