Sara ya llegamos- Dijo mi madre haciéndome salir de mis pensamientos.
Escribí en mi móvil y respondí
Oh bueno, gracias los veo más tarde en casa- abriendo la puerta del auto mientras salía.
¡Suerte!- dijeron mis padres al mismo tiempo.
Fui caminando hacia la entrada de la Secundaria y me topé con una chica de tés blanca, cabello castaño oscuro y delgada, era muy linda.
Disculpa... yo... no fue mi intención- Dijo la chica nerviosa.
No pasa nada, la torpe fui yo- Hice que reproduzca la aplicación.
La mire a los ojos, tenía unos lindos ojos marrones y llevaba un poco de maquillaje. Entonces pude notar una luz que resplandecía, su luz cambiaba con los colores rosa y amarillos, estos representaban amabilidad y confianza.
Oh, ¿Qué te ha pasado que usas tu móvil para hablar?- Dijo ella con cara de preocupada.
Tuve laringitis, y bueno me tuvieron que operar y salió mal- Hice una cara con una sonrisa para que ella no se preocupara.
Lamento eso. Perdona me llamo Amanda Stiles ¿Y tú?- Me daba su mano para que la estrechara con la de ella.
Hola Amanda, me llamo Sara Queens, un gusto. – Aparte mi celular y estreche mi mano con la de ella.
Seremos muy buenas amigas- Dijo caminando al lado mío y yo asentí con la cabeza.
Caminamos recorriendo la escuela, por suerte a las dos nos tocaba todas las clases juntas. Ella me conto que vive cerca de aquí, y por la calle que me nombro vive a unas 3 cuadras de mi casa. Amanda me transmitía seguridad, lo cual se me hizo perfecto para no tener nervios en este primer día. Me conto todo sobre la escuela, quienes era los "populares", los equipos de futbol americano, las porristas, de todo me conto. No parecía mal escuela, además que tenía un hermoso parque y un gran campo de juegos.
Mientras salíamos de clase para el receso veía todas las luces que desprendían las personas. ¡Nunca había visto tantas! Durante el verano he tratado de desarrollar más este don. A lo largo del pasillo de la escuela yendo para la cafetería vi a un chico con su luz negra, esta luz trasmitía egoísmo y arrogancia, sentí entonces un dolor en el pecho. Al pasar al lado de él me miro inmóvil, su mirada cruzo con la mía y su luz cambio completamente, su luz al mirarme era dorada.
Ey! ¿Qué te pasa?- Dijo Amanda sacándome la mirada de aquel chico.
No quería decirle a Amanda sobre mi estúpido don, nadie lo sabía así que si se lo diré será después de un tiempo.
¿A caso te gusta?- Dijo Amanda emocionada.
Oh, no...solo es lindo- Le hice un gesto de que sigamos caminando hacia la cafetería.
Se llama James, es uno de los populares de esta escuela- Mientras me golpeaba con el codo para que la mirara.
La ignore completamente, no venía a esta escuela a querer un novio. Siempre he tenido buenas calificaciones y creo que un novio me distraería bastante. Pero, joder! Era súper lindo y cuando vi ese cambio en el, esa luz dorada. Aquella luz me transmitía tanto amor y cariño.
¿Quieres que te pida algo para comer?- Decia Amanda agarrando dos bandejas.
Si, claro pídeme un café y tostadas con mermelada de frutilla- Respondí- Aún es temprano para comer, son las 9.30am ¿No crees?
Si obvio, pediré lo mismo- Dijo Amanda.
Nos fuimos a sentar en una mesa no casi al fondo de la cafetería. Amanda fue a saludar a dos amigas de ellas Sofía y Alison, las cuales eran muy lindas y su novio Max. Una de las chicas me trasmitía amabilidad, pero la otra tenía su luz negra, esa chica me aseguraba que no era buena. Y Max tenía la luz blanca como muchas otras personas.
Entramos a la última clase del día y ya por fin toco la campana para irnos. No había sido un mal día. Amanda, su novio y yo caminábamos hacia nuestras casas. El novio de Amanda prácticamente vivía en su casa según ella. Mientras ellos hablaban yo estaba perdida en mis pensamientos mientras miraba al otro lado de la calle, estaba ese chico James y maldita sea su luz cambiaba contantemente, ahora estaba azul y me preguntaba ¿Por qué? ¿Necesitara ayuda? Yo no sabía porque estaba así.
Eu, Sara ¿Acaso no nos vas a saludar?- Sentí la voz de Amanda.
Agarre mi celular y conteste – Disculpa, me he colgado. Mañana nos vemos ¿sí?- Me despedí de los dos con un beso en la mejilla.
¡Adiós!- Dijeron los dos al mismo tiempo.
Mientras caminaba sentía que me observaban, mire hacia la otra calle y el chico no estaba. Empecé a caminar más rápido, pero sentí que alguien me agarro del brazo...
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La chica que lo ve todo.
RomansaSara es una chica de 17 años que ha descubierto a lo largo de su adolescencia un don ¿Un don? Así es. Ella puede ver el interior de cada persona, como es la persona en realidad, como es su alma. Sara cuando cumplió 15 años tuvo una enfermedad llamad...