Capitulo 1 "El Evento"

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Podría empezar esta historia con un había una vez, pero este no es el típico cuento cuento de hadas en el qué la bruja muere y el príncipe se casa con la princesa y se dan un beso de amor verdadero y viven felices por siempre. Esto empieza así.

Yo nací en el reino de Tanshban, el más grande y poderoso de de todo el país de Querplain soy hijo del Rey Magnus III y de la Reina Sáhara II. Nací a finales del siglo XIII durante la Edad Media. La vida transcurría muy bien para mi, príncipe Emilio II heredero del trono del reino más grande del país.

Los años pasaron, comencé a crecer y mi madre y mi nana Juliana me cuidaron, hasta que tuve edad suficiente, mi padre el Rey era muy duro, jamás me llamo hijo.

Poco tiempo después de cumplir los 4 años las cosas se tornaron grises y ocurrió el primer evento desastroso, desde ese momento comencé a disminuir mi afecto hacia mi padre.

En un día muy bonito, soleado, mi padre y mi madre decidieron tener un día de campo, llevaron a Juliana con nosotros, mi padre nunca pasaba tiempo con nosotros, dedicaba todo su tiempo al reino planeando invasiones, visitando herreros para elaborar armas, diseñando estrategias de guerra, pero ese día mi madre lo convenció de pasar un tiempo con nosotros, la mayor parte de mi vida, hasta ese momento la había vivido en compañía de mi madre, pues era su único hijo y de mi nana Juliana a quien yo amaba demasiado.

Juliana jamás pudo tener hijos, es por eso la razón que ella desvivía todo su cariño de madre conmigo y así la consideraba yo, una madre. Jamás trate a los demás como sirvientes, para mi siempre fueron personas del reino, aunque fueran parte de la nobleza o formarán parte de los campesinos.

Mi madre nos llevó cerca de la cascada, un lugar totalmente hermoso, un pequeño río se formaba bajo la caída de la cascada, había un árbol muy grande, era un manzano para ser exactos y cerca de él unos arbustos de moras crecían, la rosas no podían faltar, estas crecían del otro lado del río que se formaba gracias a la caída del agua de la cascada. Mi madre era muy buena apreciando paisajes y la verdad es que el lugar era hermoso.

Mientras mi madre y Juliana sacaban la comida, mi padre me llamo, era la primera vez que pasábamos un tiempo juntos.

— Que sucede padre — dije
— Rey Magnus III — me contestó
— Disculpe Rey Magnus III, padre — corregí

Me llamó para enseñarme a montar el caballo. Jamás me había subido a un caballo y apenas tenía 4 años, mi padre me tomo de la cintura y me monto sobre el caballo, la emoción era impresionante, comenzaba a cabalgar un poco, cerca del río, cuando el caballo dio un salto y caí de la silla, una serpiente lo había asustando, no solamente a él a mí también, mi padre se acercó y lo único que se limitó a hacer fue matar a la serpiente, dio una estocada con su espada y cortó su cabeza. Yo había caído del caballo, yo, el príncipe Emilio II hijo del Rey Magnus III, el no me ayudó, a pesar de haber caído del caballo. Mi cuerpo se había quedado inmóvil, la espalda me dolía como si hubiera caído de un precipicio, no podía moverme, me había quedado inmóvil y mi padre, no hizo nada, sólo se quedó a un lado sin mover un solo dedo mirando.
Mi madre y mi nana se acercaron corriendo gritando del temor, mi padre las detuvo antes de que pudieran levantarme, gritó:

— Quedaos quietas — dijo

Mi madre la reina Sáhara II y mi nana Juliana no quitaban su cara de preocupación, pero no podían hacer nada, mi padre no dejo que me ayudaran, mi cuerpo quería moverse, pero no logre hacerlo, había quedado inmóvil, la espalda me dolía como si mil cuchillos se hubieran clavado en ella, la tierra cubría mi cuerpo y las lágrimas inundaban mi rostro, mi madre desesperada rompió en llanto y sobre el rostro de Juliana una lagrima cayó.

Y debajo de ella y mi padre estaba yo, inmóvil sin poder levantarme.

Mi padre grito:

— Levántenlo — y se limitó a darse la vuelta

Se montó en el caballo y Juliana y mi madre me levantaron, mi padre me tomó por los brazos y me subió al caballo, no pronunció una sola palabra y se dirigió al castillo lo más rápido que pudo, mi madre, cabalgaba detrás de él.

A mi madre le encantaba cabalgar era otras de las cosas que hacía, cabalgaba todo el tiempo.

Juliana venía detrás de ella, a un paso más lento, pues mi padre solo la dejo venir en un burrito que jalaba una pequeña carreta donde subieron la comida.

Al llegar al castillo mi padre entro conmigo en sus brazos, me metió a la cama y llamó a un curandero de inmediato.

El curandero me reviso y roció un líquido sobre mi cuerpo, poco después me quede dormido y no pude recordar nada.

Cuando desperté, mi madre estaba en mis aposentos y me dijo que no me moviera que el curandero había recomendado que me quedara en cama un tiempo, Juliana subió corriendo después de que se enterara, me dio un beso y me preparo una buena comida, su comida siempre fue muy sabrosa, pero ese día preparo algo especial.

Mi padre no se limitó ni si quiera a entrar en mis aposentos, no entro a disculparse si quiera, por no haberme ayudado a tiempo, mi cuerpo estaba inmóvil y yo estaba muy asustado.

Semanas después el curandero regreso y de nuevo roció líquidos sobre mi cuerpo, me contó que tuve mucha suerte, pues pude haber quedado paralizado y mis piernas pudieron haber perdido movimiento por la caída. Después se marchó diciéndome que tuviera mucho cuidado que podía moverme pero que no lo hiciera al cien por ciento, que esperara un tiempo.

Esa tarde me asomé por una ventana de la torre donde estaban mis aposentos y observe el atardecer, analice todo lo que había sucedido y que por culpa de mi padre el Rey Magnus III pude haber perdido la movilidad de mis piernas, mi padre ni siquiera dejaba que lo llamara padre, esa tarde me di cuenta que mi padre me trataba como uno más de sus sirvientes. Mi padre dio el primer paso para conseguir mi odio.

El príncipe & yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora