A la mañana siguiente Diabal mando a llamar a mi habitación, por suerte la noche anterior Will y yo habíamos decidido no dormir juntos.
— Príncipe Emilio — dijo Diabal, mientras tocaba la puerta.
— ¿Que sucede? — conteste, aún adormilado.
— ¿Podreis abrir? — preguntó.
— Adelante Diabal, está abierto — conteste.
Diabal abrió la puerta y entró.
— ¿Que sucede? — pregunte, mientras me encontraba sentado sobre la cama.
— Vine a avisarte que alguien debe asumir el mando en Hushban mientras el rey no está — dijo Diabal.
Mi cara reflejó una mirada de extrañeza, pues a pesar de que ya era mayor aún no era lo suficientemente sabio como para tomar las decisiones correctas para una nación entera. Y menos aún si sus aliados estaban en guerra.
— Nos reuniremos hoy — contesto — convocaremos a una audiencia para tomar la decisión — explicó.
— ¿Quienes son los candidatos? — pregunte, algo preocupado.
— Tu eres el primero, con Tanshban en guerra el rey Estefan decidió quedarse a ayudar a tu padre, pero ha mandado un pergamino con órdenes específicas — comentó Diabal — deja toda decisión en manos de la Reina Aurora — afirmó.
— ¿La reina Aurora me ha considerado como candidato al mando? — pregunte.
— Así es, pero no eres el único, William también está entre los candidatos — añadió Diabal.
— ¿Cuando se tomará la decisión? — pregunte.
— Dentro de 2 días — contesto Diabal.
Y era de esperarse, una decisión así era muy difícil, la Reina Aurora, tenía en sus manos una decisión que podía llevar a Hushban a la gloria o a la ruina.
— Hasta entonces disfruten del tiempo que les queda libre — añadió — pues una vez siendo elegido alguno de los dos, ninguno podrá seguir su vida como antes — dijo, mientras se retiraba de la habitación.
Luego de tan inesperado aviso, decidí darme un baño, más tarde baje al salón principal y luego me dirigí al comedor, me perdí varias veces pues aún no estaba familiarizado con el castillo.
Juliana estaba en la cocina y me preparo un desayuno. Más tarde baje a las caballerizas y pedí que prepararan a mi caballo.
— ¿Sabeis donde está el príncipe William? — pregunte a uno de los guardias del reino.
— El Príncipe salió por la mañana a cabalgar, Bree no está, así que no ha regresado, su majestad — contesto.
Asentí y trepé sobre Philip, pronto comenzamos a cabalgar, pedí que bajaran el puente colgante y me dirigí al lugar donde creí que podía estar Will.
Baje la colina donde estaba situado el castillo, cabalgue con dirección a las montañas Hubb, mucho antes se encontraba el paraíso.
No me equivoqué, al acercarme, pude ver a lo lejos a Bree amarrado a uno de los árboles fuera del paraíso, baje de Philip y de igual forma lo asegure a uno de los árboles.
Entre en el paraíso y ahí estaba el, sentado en medio de ese paraíso hermoso que algún día me había mostrado.
— ¿Qué haces aquí? — pregunte — te busque por la mañana en el castillo —.
William se encontraba mudo, parecía no haberme escuchado.
— Hey — dije, sentándome a su lado y palmeando su hombro — ¿Que sucede? — pregunte.
Al mirarlo, pude ver cómo las lágrimas resbalaban sobre el rostro de Will.
— ¡Hey pequeño!, todo va estar bien — dije, mientras colocaba su rostro sobre mi pecho, mis brazos lo rodeaban y el sollozaba aún más.
— William, no me espantes — dije — ¿Que sucede? — volví a preguntar.
— ¿Ya te han dado la noticia? — preguntó, mientras levantaba su rostro mirándome a los ojos.
— Así es — asentí — Diabal me ha notificado esta mañana — conteste.
— Prométeme que sea cual fuere la decisión de mi madre, esto no afectará lo nuestro — dijo.
— Promesa de caballero — conteste, desde lo más profundo de mi corazón.
— No sea tontito — dije, sujetando su cabeza — mírame a los ojos —.
Will me miro a los ojos.
— Nuestro amor es irrompible, no hay poder en la tierra que lo altere — dije — nada, ni nadie podrá impedir que lo nuestro suceda, la guerra estalló y es solo un presagio más — dije.
Will no se contuvo, sus lágrimas dejaron de caer y sujeto mi rostro también. Luego de eso acerco mi boca a la suya. Nos besamos durante un largo rato.
Luego de ese momento, ambos nos recostamos sobre el pasto, la sombra de un árbol nos cubría y ambos mirábamos hacia el cielo.
— ¿Somos algo? — pregunte.
Will permaneció callado.
— ¿A que viene esa pregunta? — contesto.
— A nada, es solo que, hace unos momentos dijiste "esto no afectará lo nuestro" — conteste.
— Emilio, TE AMO — contesto — desde el primer momento en que te vi te amé, pero no lo entendía — añadió.
— Ninguno de los dos lo entendía — añadí.
— Debemos regresar — dijo Will, poniéndose de pie.
— Espera un momento — dije, poniéndome de pie también.
— ¿Que sucede? — preguntó Will.
— También TE AMO tontito — conteste.
Will río y ambos caminamos a la salida del paraíso. Comenzamos a cabalgar, Will cabalgaba sobre Bree y yo sobre Philip, el blanco y el negro, el bien y el mal, fusionándose. ¿Que podía salir mal? .
— Emilio — dijo Will — ¿Aún recuerdas la hora gris? — preguntó.
— Por su puesto — asentí, mientras seguíamos cabalgando.
— Me gustaría que viajáramos — contesto Will.
— Sería interesante — conteste — mágicas cosas debe encerrar ese castillo en ruinas, podemos incluso averiguar cosas que no sabemos — añadí .
— Así es — asintió Will — me gustaría ir antes de que se dé a conocer la decisión final — añadió.
— Debemos partir mañana entonces pequeño — conteste.
Luego de eso, llegamos al castillo, ambos tomamos nuestra lección del día juntos, Diabal se encontraba en la audiencia para dar el veredicto final, así que a ambos nos educaba el viejo siervo del bosque, aquel que había mandado a llamar el rey Estefan para que Will aprendiera, luego de que naciera la princesa Elizabeth, Georgie era su nombre.
Después de eso ambos nos dispusimos a descansar, nos esperaba un destino incierto a ambos el día siguiente y el próximo a este.
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El príncipe & yo
RomantikEmilio II Príncipe de Tanshban, hijo del Rey Magnus III y la Reina Sáhara II. Es el heredero del trono, del reino más grande del país Querplain, deberá casarse con Elizabeth V Princesa del Reino de Hushban, hija del Rey Estefan V y la Reina Aurora I...