Capituló 16 "El misterio del príncipe"

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A la mañana siguiente Diabal mando a llamar a mi habitación, por suerte la noche anterior Will y yo habíamos decidido no dormir juntos.

— Príncipe Emilio — dijo Diabal, mientras tocaba la puerta.

— ¿Que sucede? — conteste, aún adormilado.

— ¿Podreis abrir? — preguntó.

— Adelante Diabal, está abierto — conteste.

Diabal abrió la puerta y entró.

— ¿Que sucede? — pregunte, mientras me encontraba sentado sobre la cama.

— Vine a avisarte que alguien debe asumir el mando en Hushban mientras el rey no está — dijo Diabal.

Mi cara reflejó una mirada de extrañeza, pues a pesar de que ya era mayor aún no era lo suficientemente sabio como para tomar las decisiones correctas para una nación entera. Y menos aún si sus aliados estaban en guerra.

— Nos reuniremos hoy — contesto — convocaremos a una audiencia para tomar la decisión — explicó.

— ¿Quienes son los candidatos? — pregunte, algo preocupado.

— Tu eres el primero, con Tanshban en guerra el rey Estefan decidió quedarse a ayudar a tu padre, pero ha mandado un pergamino con órdenes específicas — comentó Diabal — deja toda decisión en manos de la Reina Aurora — afirmó.

— ¿La reina Aurora me ha considerado como candidato al mando? — pregunte.

— Así es, pero no eres el único, William también está entre los candidatos — añadió Diabal.

— ¿Cuando se tomará la decisión? — pregunte.

— Dentro de 2 días — contesto Diabal.

Y era de esperarse, una decisión así era muy difícil, la Reina Aurora, tenía en sus manos una decisión que podía llevar a Hushban a la gloria o a la ruina.

— Hasta entonces disfruten del tiempo que les queda libre — añadió — pues una vez siendo elegido alguno de los dos, ninguno podrá seguir su vida como antes — dijo, mientras se retiraba de la habitación.

Luego de tan inesperado aviso, decidí darme un baño, más tarde baje al salón principal y luego me dirigí al comedor, me perdí varias veces pues aún no estaba familiarizado con el castillo.

Juliana estaba en la cocina y me preparo un desayuno. Más tarde baje a las caballerizas y pedí que prepararan a mi caballo.

— ¿Sabeis donde está el príncipe William? — pregunte a uno de los guardias del reino.

— El Príncipe salió por la mañana a cabalgar, Bree no está, así que no ha regresado, su majestad — contesto.

Asentí y trepé sobre Philip, pronto comenzamos a cabalgar, pedí que bajaran el puente colgante y me dirigí al lugar donde creí que podía estar Will.

Baje la colina donde estaba situado el castillo, cabalgue con dirección a las montañas Hubb, mucho antes se encontraba el paraíso.

No me equivoqué, al acercarme, pude ver a lo lejos a Bree amarrado a uno de los árboles fuera del paraíso, baje de Philip y de igual forma lo asegure a uno de los árboles.

Entre en el paraíso y ahí estaba el, sentado en medio de ese paraíso hermoso que algún día me había mostrado.

— ¿Qué haces aquí? — pregunte — te busque por la mañana en el castillo —.

William se encontraba mudo, parecía no haberme escuchado.

— Hey — dije, sentándome a su lado y palmeando su hombro — ¿Que sucede? — pregunte.

Al mirarlo, pude ver cómo las lágrimas resbalaban sobre el rostro de Will.

— ¡Hey pequeño!, todo va estar bien — dije, mientras colocaba su rostro sobre mi pecho, mis brazos lo rodeaban y el sollozaba aún más.

— William, no me espantes — dije — ¿Que sucede? — volví a preguntar.

— ¿Ya te han dado la noticia? — preguntó, mientras levantaba su rostro mirándome a los ojos.

— Así es — asentí — Diabal me ha notificado esta mañana — conteste.

— Prométeme que sea cual fuere la decisión de mi madre, esto no afectará lo nuestro — dijo.

— Promesa de caballero — conteste, desde lo más profundo de mi corazón.

— No sea tontito — dije, sujetando su cabeza — mírame a los ojos —.

Will me miro a los ojos.

— Nuestro amor es irrompible, no hay poder en la tierra que lo altere — dije — nada, ni nadie podrá impedir que lo nuestro suceda, la guerra estalló y es solo un presagio más — dije.

Will no se contuvo, sus lágrimas dejaron de caer y sujeto mi rostro también. Luego de eso acerco mi boca a la suya. Nos besamos durante un largo rato.

Luego de ese momento, ambos nos recostamos sobre el pasto, la sombra de un árbol nos cubría y ambos mirábamos hacia el cielo.

— ¿Somos algo? — pregunte.

Will permaneció callado.

— ¿A que viene esa pregunta? — contesto.

— A nada, es solo que, hace unos momentos dijiste "esto no afectará lo nuestro" — conteste.

— Emilio, TE AMO — contesto — desde el primer momento en que te vi te amé, pero no lo entendía — añadió.

— Ninguno de los dos lo entendía — añadí.

— Debemos regresar — dijo Will, poniéndose de pie.

— Espera un momento — dije, poniéndome de pie también.

— ¿Que sucede? — preguntó Will.

— También TE AMO tontito — conteste.

Will río y ambos caminamos a la salida del paraíso. Comenzamos a cabalgar, Will cabalgaba sobre Bree y yo sobre Philip, el blanco y el negro, el bien y el mal, fusionándose. ¿Que podía salir mal? .

— Emilio — dijo Will — ¿Aún recuerdas la hora gris? — preguntó.

— Por su puesto — asentí, mientras seguíamos cabalgando.

— Me gustaría que viajáramos — contesto Will.

— Sería interesante — conteste — mágicas cosas debe encerrar ese castillo en ruinas, podemos incluso averiguar cosas que no sabemos — añadí .

— Así es — asintió Will — me gustaría ir antes de que se dé a conocer la decisión final — añadió.

— Debemos partir mañana entonces pequeño — conteste.

Luego de eso, llegamos al castillo, ambos tomamos nuestra lección del día juntos, Diabal se encontraba en la audiencia para dar el veredicto final, así que a ambos nos educaba el viejo siervo del bosque, aquel que había mandado a llamar el rey Estefan para que Will aprendiera, luego de que naciera la princesa Elizabeth, Georgie era su nombre.

Después de eso ambos nos dispusimos a descansar, nos esperaba un destino incierto a ambos el día siguiente y el próximo a este.

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