Crazy in love

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Habian muchas cosas que Tsu disfrutaba, pasar tiempo con su familia, leer un buen libro, comer dulces, entre otras cosas. Pero lo que mas disfrutaba era escuchar musica y dejarse llevar por el ritmo. Por eso se aseguraba de salir al menos una vez a la semana con sus amigas, a ir a bailar. Por supuesto sus hermanos jamas la dejarian ir a un club o un bar y exhibirse de esa manera con extraños, por eso es que siempre se aseguraba de que sus "salidas" fueran en secreto. Para su suerte tenia amigas que entendian muy bien su "situacion", por lo que siempre tenia una buena excusa para salir.

Hoy era viernes y estaba ansiosa por salir. Ayer le habia pedido permiso a su mama para pasar la noche en casa de su amiga Kyoko-chan, quien seguia triste por su rompimiento y por supuesto Tsu como buena amiga estaria ahi para ella. Lo que su madre no sabia - o decidia ignorar, con Nana Sawada nunca se podia saber a ciencia cierta- es que consolar a su amiga era un excusa barata para ir un club de la ciudad y beber y bailar hasta no poder mas. La vida podia ser buena a veces.

-Ya me voy - Anuncio en la puerta de su casa

-¿a donde vas?-Pregunto Alaude que era el mas cercano, quien se extraño al verla con una mochila

-Ire a casa de Kyoko-chan a ver unas peliculas y pasare la noche en su casa - explico con una sonrisa - Mama ya me dio permiso - El mayor alzo una ceja y vio como iba vestida. Unos Jeans y una polera blanca, nada del otro mundo. No pareciera que fuera a salir, pero sabia bien que Tsu era mas misteriosa de lo que parecia y siempre tramaba algo debajo de esa radiante sonrisa

-Esta bien, pero llamame cuando llegues a su casa y antes de ir a dormir - Pidio con tranquilidad

-Ya soy una chica grande...- Hizo un leve puchero pero su hermano se mantuvo firme - ¿no pueden ser mensajes? por favooor

-Esta bien, pero si no recibo ninguno te ire a buscar - la chica volvió a sonreir abrazando a su hermano

-Nos vemos, Eres el mejor - Salio de la puerta feliz sabiendo que podria engañar a su hermano con facilidad. Por su parte Alaude solo suspiro pensando que iba a ser una larga noche vigilando a la castaña...

Reborn caminaba con tranquilidad por la ciudad cuando vio algo o mas bien alguien que le llamo la atencion. Uno de los hermanos de Tsu estaba unos pasos delante del escondido y mirando con mucho interes algo en la cuadra de enfrente. Con curiosidad desvio la mirada y vio algo que le impresiono. En la otra calle estaba una de sus antiguas amantes. Kyoko si no se equivocaba. Junto a ella habia una chica con una peluca rubio platino, luciendo unos muy apretados pantalones negros con una blusa blanca apretada en la parte del pecho y algo corta mostrando su ombligo. Miro por un segundó mas a la chica que lo dejo casi babeando y cuando se dio la vuelta se dio cuenta de quien era. Por dios reconoceria ese rostro donde fuera... ¡Era Tsu!. Asi que el hermano mayor hacia de perro guardian de la menor, eso seria algo interesante de ver. Con una sonrisa en el rostro decidio que hoy no iria a beber con Collonelo...

Los pensamientos de Alaude se hicieron realidad en el momento en que luego de una ventaja considerable de 10 minutos comenzara a seguir a Tsu. Primero fue a casa de la rubia fresa como prometio. Pero luego de un rato salio vestida con otra ropa que no recordaba haber visto en el armario de su hermana y una llamativa peluca rubia. No fue muy difícil adivinar a que club iba a su hermana -no era la primera vez que la seguía y veia como se iba a algun club de la ciudad- ya que cuando usaba peluca era cuando se iba a uno donde podia ser reconocida por algún conocido y sabia de sobra que ella no se arriesgaria a que alguien le contara a su familia. Sin llamar la atencion la siguio hasta llegar a la entrada del club, y una vez que le dio tiempo de mezclarse con la gente, el tambien entro. Para Reborn mezclarse en los clubes no era muy difcil, y por lo que podia ver, para Tsu tampoco lo era. La morena bebia con tranquilidad en la barra, hasta el momento por lo menos 6 tipos no esperen 7 le habian ofrecido invitarle un trago, a lo que la menor rechazo con cortesia, por supuesto habian unos mas insistentes que otros pero, Tsu parecia tener experiencia manejandolo.  Aquello le parecio bastante interesante, de repente las luces del lugar bajaron y una exclamación se hizo generalizada. 

De Amor, Guerra y Otras Disputas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora