Tontos & Enamorados. 「 MeChoa 」

Séptimo verso.

La calma llegará.

Afuera el viento deshojó pétalo por pétalo la felicidad de Guillermo, maltratando y alejando los buenos sentimientos; sin embargo, Lionel, su compañero de vida, se apresuró a recoger cada uno con el más puro interés y amor que alguien es capaz de sentir por otra persona. Así creó otra flor: preciosa y abundante, como su consuelo. Gracias a esto, la tristeza se escondió bajo la timidez de una sonrisa y el calor de un beso. 

—Lo siento, Lio. 

—¿Por qué? 

—Porque pretendí mentirte.

—¿Tenías miedo de mi reacción?

—Quizá. Te preocupas por mí y pensé, si te contaba esto, que te podría afectar psicológicamente… Lionel, el fútbol es tu mayor pasión, te esfuerzas por ser el mejor jugador y poner el nombre de tu país en la cumbre de la victoria; pero también eres un hombre empático y comprendes las emociones de los demás, sobre todo, las emociones de tus seres queridos: como yo. Es obvio que por mí no abandonarás la cancha del Barça, pero recordarás lo que pasó y, posiblemente, esto provoque bajas de tu rendimiento. Yo no pretendo eso. Entonces, inventé una mentira.

» La mentira era esta: el Club América me ofreció un puesto, dejaré Standard Liège y volveré a mi país, ya extraño mis tierras mexicanas. Ni modo, tendrás que viajar doce horas hasta México… Es creíble, ¿no? Bueno… sí extraño a mis padres y la comida tradicional de allá, pero me enamoré de este lugar. Es hermoso. Demasiado. 

—Sí, lo es. 

—Como lo siento, Lionel, no era mi intención engañarte.

Lionel sostuvo su mano. Tranquilizador.

—Gracias, Guillermo —Compartieron sonrisas.

—¿Qué pasará con Lewandowski? —cuestionó Memo—. Esta noche, según él, expira el tiempo de tolerancia, y si no cumples, hablará… ¡Ah, perro que ladra, no muerde!

—Pues hablé con mi abogado —Miró la cara del arquero, esperando ver una sorprendida, pero se topó con una razonable—. Podemos acusar a ese gil de difamación y hostigamiento, y tenemos testigos de los problemas que te causó.

—Sí, estoy de acuerdo, ya basta de intimidación y chantajes. 

—¡De una! Le avisaré. ¿Qué hacemos ahora? 

—Beber café frío —Memo hizo una mueca graciosa.

—Lástima, me hubiese gustado tomarlo caliente.

—El café frío no es tan malo.

—Tal vez.