Capítulo 14: Traición

144 12 1
                                    

El sol ni siquiera había salido para cuando Iron Fist anunció que estaban llegando. Debían ser las cuatro de la mañana, y todos se hallaban exhaustos. Hacía días que los fugitivos no dormían bien por hacer las rondas nocturnas para enterarse cosas de los Animafractus, y Wanda y Vysenya no estaban muy bien emocionalmente como para mostrarse demasiado despiertas. Wanda había entrelazado su brazo con el de Vysenya, y ambas intentaban darse fuerzas la una a la otra mientras caminaban. Como los demás ya habían estado preparados para marcharse, no tuvieron tiempo de ponerse sus trajes, como los demás, así que tuvieron que marchar sin más y esperar a llegar a la nueva base.
Cuando llegaron frente al edificio, todo el mundo se quedó mirando el lugar, sorprendidos.

AntMan: ¿Eso es...?

Iron Fist: Un templo monje abandonado, sí.

Falcon: ¿Conoces este lugar?

Iron Fist: Sí... Puede ser –murmuró, aunque no dio más explicaciones-.

Todo el mundo se disponía a entrar en el lugar, cuando sintieron que alguien venía caminando por una de las calles laterales. Todos se pusieron alertas y en pose de pelea, pero eso fue hasta que vieron que se trataba de Bucky y Daisy, que venían con sus mochilas a la espalda y una mirada de tristeza horrible en sus rostros. Entonces, el equipo de fugitivos se relajó y los observó hasta que llegaron.

Falcon: Es bueno tenerlos aquí con nosotros –dijo sonriendo-.

Bucky: Sí, es una suerte que hayamos podido encontrarlos. Sabíamos dónde estaba la base anterior, pero esta no.

Daisy: ¿Cómo están todos?

Black Widow: Sería más importante preguntarte a ti como estás. Supimos que han dejado a sus hijos con tus padres, Daisy. ¿Están bien?

Daisy: ¿Aparte del dolor en el pecho que siento por haberlos dejado allí y saber que no podré verlos hasta que esto no se resuelva, lo cual me da una inmensa tristeza? Sí, estoy sumamente bien.

Vysenya: Oh, Daisy –dijo, y ella y Wanda se acercaron a abrazarla-. Tranquila, estamos haciendo lo correcto.

Daisy: Lo sé, pero duele muchísimo.

Wanda: Lo sabemos.

Cuando se separaron, miraron al resto del equipo. Iron Fist se adelantó hasta la puerta del templo y de un golpe la abrió, haciendo que el polvo por los escombros saliera fuera. Tosió un par de veces, se restregó los ojos y luego miró a los demás.

Iron Fist: Venga, entremos. Está a punto de amanecer y no es muy bueno quedarnos en la calle. –Todo el mundo lo obedeció-.

El edificio era grande y extraño, pero Iron Fist parecía estar en un lugar conocido. Era grande y espacioso. El polvo se había juntado en todos los rincones y sobre los asientos, pero aun así se podían distinguir algunas bancas alargadas, algunas alfombras de esterillas, así como ollas raras y estatuas doradas que nadie del equipo parecía saber de qué eran.
Dieron un rápido recorrido al lugar, asegurándose de que estuviera vacio, y luego volvieron a lo que parecía ser el salón principal. Vysenya y Wanda se habían quedado junto a los recién llegados, y en grupo parecían estar totalmente aturdidos y distraídos, lo cual era entendible; se habían separado de sus hijos sin saber si volverían a verlos y eso dolía como si te clavaran mil cuchillos en el pecho. En ese momento, Bucky levantó la mirada y observó a sus ahora compañeros. Se dio cuenta de que faltaba gente, y no pudo creer cómo no se había dado cuenta antes.

LOS VENGADORES 2: CIVIL WARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora