LOS VENGADORES 2: CIVIL WAR

Capítulo 19: Una nueva premonición

T'Challa y Tony se encontraban en la Torre Avenger, mirando una pantalla que mostraba un mapa del mundo. Hacía un par semanas que no conseguían una pista de un Animafractus que fuera verdadera. Siempre era una pista falsa y cuando iban a ver resultaba ser un camino sin salida o ni siquiera había un camino por el cual empezar. Ambos sabían que les faltaba capturar dieciocho Animafractus, pero no tenían ni idea de dónde podían encontrarse. A esas alturas, bien podrían estar en otro continente y ellos no podrían saberlo. T'Challa bajó la cabeza y suspiró con irritación. Odiaba que aquellos chicos pudieran escaparse así nada más, y que él no pudiera poner fin a sus actos malévolos de una vez por todas. Habían matado a su padre, el rey de Wakanda, lo mínimo que tenían que tener a cambio era una estadía de cadena perpetua en la cárcel.
Tony lo observó y negó con la cabeza.

Tony: No hay señales de ellos.

T'Challa: Lo sé, estoy viendo lo mismo que tú. Hace semanas que no tenemos nada que nos pueda indicar su paradero.

Tony: Podríamos seguir mandando patrullas, pero todos están cansados, emocional y físicamente.

T'Challa: ¿Qué sugieres que hagamos entonces? –Tony alzó una ceja y una mínima sonrisa apareció en su rostro-.

Fuera de esa habitación, todos intentaban hacer algo para no aburrirse. Sara y Carol jugaban una partida de cartas en la mesa del comedor, bajo la atenta mirada de Carter, que estaba sentado a un lado de Sara. Trini hacia figuras de plastilina con William, los dos en el suelo, bajo la mirada de Visión, que tenía miedo de que William se llevara algún pedazo de plastilina a la boca, a pesar de que ya era bastante grande como para saber que eso no se hacía. Rhodey se encontraba mirando por la ventana, sin mucho que hacer. Clint y Pietro se encontraban mirando algún deporte en la televisión, sin prestar mucha atención realmente. Stephen se encontraba sentado en una esquina, leyendo un libro que parecía realmente viejo, en completo silencio y sin hablar con nadie. Alex se había ido por ahí con su amiga Cassie, por fin con un día libre. Jessica bebía whisky de una botella, sentada en la encimera de la cocina, mientras veía a Scott, que también se hallaba sentado en la mesa de la cocina, intentando hacer que Eira comiese el helado que le había traído. Era todo de helado de maracuyá, su favorito, así que no podía entender por qué era que no lo comía.
La niña se encontraba con los brazos cruzados sobre la mesa y la barbilla sobre ellos, mirando el helado atentamente.

Scott: Vamos, come.

Eira: No quiero.

Scott: Eiri...

Eira: No me gusta ese apodo –dijo, apretando los labios-. Soy Iri.

Scott: Bien, ¿por qué es que no comes helado? Es tu favorito, de maracuyá ¿ves? –dijo mientras tomaba él la cuchara, juntaba un poco de helado y se la tendía-.

Eira: No quiero helado. –Sara y Carol miraron un momento a la niña antes de seguir jugando. Carter estaba hipnotizado con las cartas, y lo entretenían bastante-. Extraño a Ian. Extraño a mamá. Extraño a Walter, jugando con mis hermanos y conmigo. Extraño a todo el mundo.

Scott: Me imaginaba, pero eso no quiere decir que tengas que dejar de comer.

Eira: Extraño a mi mejor amigo, tío Scott, extraño a Ian.

Scott: Él y su hermano están con sus abuelos ahora, pero imagino que pronto podrás ir a verlos.

Eira: Eso no lo sabes. –Le apartó la mano de un manotazo-. Quiero a mi mamá.