Capítulo 29: Los Super Animafractus.

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Corrieron un trecho antes de detenerse en aquel terreno extenso y ver que nadie del equipo contrario se había movido hacia adelante. Se pararon un momento y se miraron entre sí, confundidos. Falcon, Iron Man y Máquina de Guerra fueron los que se percataron antes que el resto, puesto que tenían objetos para la visión mejorados, cosas que los demás no. Nadie se había movido porque los guardias estaban apuntando con las pistolas, y si seguían avanzando les pegarían un tiro a cada uno. Red Lightning y Quicksilver se miraron y se sonrieron entre sí, preparándose para correr.

Quicksilver: Podemos desarmarlos a todos, serán solo unos segundos.

Daredevil: ¡Esperen! Puede que lleguen a dispararles a ambos si lo hacen. –Red Lightning entrecerró los ojos en su dirección, él era otro de los que sabía que estaba embarazada y no se lo había querido decir. Ya tendría una charla con él, después de que terminara aquello. Miró a Scarlet Witch, que la miraba insegura, aunque aun así asintió, ya que sabía que estaba protegida por su hechizo. Por el que temía era por su hermano. Quicksilver y Red Lightning se miraron de nuevo y asintieron-.

Red Lightning: Ahora soy más rápida. Podremos con ellos. Habrá riesgos, pero eso es parte de la diversión, ¿verdad? –preguntó mirando a su marido sonriendo. Él le sonrió devuelta, ya que iba a correr de nuevo con ella y eso era lo que más le gustaba en el mundo. La amaba, y tenerla en su vida de nuevo era una de las mejores cosas que le podían pasar, así que estaba dispuesto a correr el riesgo. Estaban a punto de correr, cuando los cinco prodigios se adelantaron, mirando a los guardias-.

Toby: Nosotros nos encargamos de ellos. Ustedes ya van a tener bastante con las nuevas creaciones del Hombre de Traje. –Los Vengadores se miraron-.

Soldado del Invierno: ¿Están seguros? –Nick comenzó a mover sus manos y formó un látigo de energía como los que podía conjurar el Doctor Strange, todos lo miraron sorprendidos. El niño sonrió-.

Nick: Podremos con ellos. Ustedes encárguense de los demás, y del tanque ese. No me gusta mucho. –Todos miraron a donde apuntaba el niño, pero veían el tanque tan quieto que les pareció que solo estaba ahí de casualidad, así que no le darían mucha importancia, por ahora-.

Kai: Salgan a nuestra señal. –Esperó unos segundos, para ver si alguno del equipo contrario hacía algún movimiento brusco, pero como no pasó, supo que era el momento-. ¡Ahora, vayan! –Comenzó a correr, con sus amigos detrás, cuando ya estaban lo bastante cerca, encendió sus puños con fuego-. ¡Ahora Toby, ahora! –Toby asintió y, con un grito, puso una mano en el suelo, concentrándose. No quería que sus amigos sufrieran del terremoto, solo los enemigos, que ya estaban a punto de dispararles. Sabía que tenía que salir bien, sino él y sus amigos estarían acabados. Así que, gruñendo por el esfuerzo, causó un terremoto que hizo a Los Guardias castañear los dientes, y debido al tambaleo de la tierra, casi todos soltaron sus armas. Los que no lo hicieron, fueron desarmados por Nick, que movía diestramente su látigo, tirando las pistolas lo más lejos que podía. Cuando todos estuvieron desarmados, sonrió, ya que ahora Los Guardias eran blanco fácil. Pero eso fue hasta ver a cinco Guardias nuevos aparecer, con trajes reforzados de hierro, que los hacían ver como Jared, el Animafractus súper fuerte, que aumentaba su musculatura cuando usaba su poder hasta límites grotescos. Los cinco se miraron, ahora un poco más preocupados-.

Toby: Ay no.

Ross miró a los Súper Animafractus, que ya se habían preparado para pelear. Vio también la decisión de los Vengadores, que ya venían en dirección a ellos. Sonrió, no sabían lo que les esperaba.

LOS VENGADORES 2: CIVIL WARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora