Un Golpe Inesperado (Shawn Mendes)

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Aclaración: cuando está subrayado es porque hablan en español.
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Narra Juliana

Lunes.

Me levanté por mi ruidoso despertador a las 7:30 de la mañana para salir a correr; cosa que ayuda a liberarme y a pensar, y aprovechando eso escucho música y la canto.

Un dato sobre mi es que canto bien o bueno, eso me han dicho, aunque no me dedico al mismo, es tan sólo un pasatiempo. También se tocar la guitarra.

Volviendo al tema, me levanté con mucha energía, y me dirigí al baño, luego de unos minutos salí y me puse solamente un top deportivo y unos shorts negros, mis zapatos deportivos y fui a la cocina para desayunar algo. Comí unas tostadas con jugo de naranja y luego de comer todo y lavar lo que usé, agarré mi celular, mis auriculares, mis llaves y fui a correr.

Salí del departamento, conecté el auricular a mi celular y puse la música en modo aleatorio.

Iba trotando tarareando una canción, específicamente una de mis favoritas, This Town de Niall Horan.

Y sin darme cuenta, ya estaba cantando a todo pulmón y haciendo unos raros pasos de baile, pero todo esto se vio  interrumpido cuándo alguien choca contra mí haciendo que mi celular caiga al piso y la pantalla se haga mil pedazos.

–¡Estúpido! ¡Atiende mejor tu camino idiota! ¡Mira mi pantalla! Ahora está rota por tu culpa– le grité enojada.

–Lo siento, lo siento, lo siento...– repetía una y otra vez el chico.

–Un "lo siento" no arreglará mi pantalla– le dije frustrada.

Y luego empezamos a escuchar unos gritos, ¡Oh por Dios, es Shawn Mendes! ¡Shawn Mendes! ¡Es Shawn Mendes! ¡Hazme un hijo Shawn! Y miles de otras cosas.

–Oh no, están aquí, me encontraron– decía con cara de preocupación, pero no hubo tiempo de preguntar qué le pasaba ya que me agarró del brazo y me llevó lejos de donde estábamos.

Entramos en una pequeña tienda donde vendían muffins y este alarmado empezó a decirles a los trabajadores de allí que cerraran las puertas, mientras que yo lo miraba confundida. Él me miró y me preguntó:

–¿Acaso no sabes quién soy?

–¿Tendría que saberlo?– respondí dudosa.

–Pues sí, pero bueno, no importa. Soy Shawn Mendes– estiró una mano.

–Me suena ese nombre, pero no se de donde– lo miré–, soy Juliana Dominguez– dije estrechando su mano.

–¿Y ahora qué haremos?

–Yo ni sé que hacemos aquí o por qué huimos de esas chicas– le respondí señalando el bulto de chicas que había en la entrada.

–Pues son mis fans– dijo como si fuera lo más normal de mundo.

–¿Fans?

–Así es, soy un cantante.

Dicho eso se alejó a lo que parece llamar a alguien que nos ayude, entonces fui y me senté en una de las mesas del fondo. Agarré mi celular, ahora con la pantalla rota, me puse mis auriculares y Sweater Weather empezó a sonar.

–All I am is a man, I want the world in my hands. I hate the beach but I stand
in California with my toes in the sand.
Use the sleeves of my sweater; let's have an adventure. Head in the clouds but my gravity's centered. Touch my neck and I'll touch yours, you in those little high-waisted shorts, oh– canté bajo cerré los ojos– ...'cause it's too cold for you here and now; so let me hold, both your hands in the holes of my sweater.

Movía ligeramente mi cabeza de un lado a otro, disfrutando de la canción.

–Cantas muy bien– dijo Shawn asustándome.

–¡Me asustante idiota!– le pegué el hombro y él soltó una carcajada.

–Ya, lo siento– dijo ahora riendo–. Pero en serio cantas muy bien, ¿nunca has pensado dedicarte al canto?

–En realidad no, estoy bien con la fotografía– respondí con simpleza.

–Siento lo de tu pantalla– se disculpó ahora mirando la pantalla rota de mi celular–, pagaré el arreglo– afirmó decidido.

–No es necesario.

–No te estaba preguntando, te lo estaba diciendo– habló serio.

–Bueno– dije sin problema alguno–, si es lo que quieres– levante mis manos en son de paz y con una sonrisa en mi rostro.

Se estaba empezando a formar un silencio algo incómodo pero él lo rompió diciendo:

–Uno de mis guardaespaldas ya está viniendo a buscarnos, acompáñame y vamos a arreglar tu pantalla.

–Esta bien– y me puse devuelta mis auriculares, pero luego de unos segundos sentí que alguien me quitó un lado y se lo puso en su oreja.

–¿Te gusta One Direction?

–Nah– le respondí sarcástica–. Solamente por casualidad tengo esta música en una lista que dice "mis favoritos".

Y él se hecho a reír, de nuevo.

–¿Puedes parar? No escucho la música–le dije frustrada.

–Está bien– contestó calmándose–, mira ya llegó– apuntó a un señor robusto vestido todo de negro– ¿vamos?– preguntó tomando mi mano y salimos del local.

Editado.