Capitulo 1

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                                                       Y así,  esperaron años  y años

                                                Pero nada los unía. Decidieron recurrir

                                     A dios, pero este no les podía ayudar. Así los había

                                   Creado, y así debían estar. La luna y el sol enfadados

                                             Fueron con el diablo y este les ayudo,

                                                          Pero con una condición.

                                                 

                                                                           ***

                                           

      Todo había comenzado aquella tarde de Noviembre. Me encontraba revisando la heladera para ver que comer, cuando llego mi madre con alguien detrás, no le di importancia. Sea quien fuere, no era mi problema.  Así  que, seguí con mis cosas cuando mi madre habló.

- María, él es Alexander, es el sobrino de Juan y me ha pedido hospedarse aquí un tiempo ya que viene desde lejos y no puede quedarse en su casa, sabes que es pequeña y tiene demasiados niños. Así que, se educada con él. Quien sabe, podrías hacerte amiga, tienen casi la misma edad. - Dijo sonriendo, pero yo no lo hice. Solo lo miré. Al mirarlo pude notar que me miraba con aires de superioridad, sus muecas lo hacían parecer malvado, y a la vez seductor. Su cabello negro caía por su cara. Tenía ojos marrones, tan profundos... nunca había visto algo igual, realmente era algo nuevo, eran demasiado extravagantes desde el punto de vista normal. 

.- A qué esperas María, ven a saludarlo de una vez.- me regaño mi madre. Dejé el sándwich que había cogido  y me acerque a él. Era un poco más alto que yo, pero no mucho, ya que yo de por si era alta. Le tendí la mano, él la tomó y sonrió. Podría jurar que cuando lo hizo, sentí electricidad en mi cuerpo que me obligó a soltarle. Abrí los ojos como platos y me alejé lentamente mientras él sonreía de manera seductoramente malvada. 

-Tú no eres humano.- Dije. Las palabras se atropellaron entre sí en mi lengua. No sé por qué lo había dicho, simplemente salieron. Él entrecerró sus ojos en torno a mí, como si quisiera hacerme pequeña con ellos y yo tapé mi boca. Tuve miedo. Tomé el sándwich que minutos antes había dejado en la encimera y me fui a mi habitación. Al llegar, me tiré en el colchón pensando en lo que había sucedido mientras miraba las paredes de color lila.  Tenía cuadros colgados de ella. Mi cama era bastante grande y acogedora. Al lado de esta, se encontraba mi espejo y enfrente, mi armario de color blanco.  Como pude, disipé los pensamientos que avecinaban en mi cabeza.

Pero uno de ellos no me dejaba en paz.  << ¿Quién es realmente él?>>.

                                               

                                                                              ***

 El suelo era ahora un manto de fuego y personas que no conocía caminaban hacia su muerte segura mientras sollozaban. Miré a mí alrededor y toda la gente que allí se encontraba, moría de una manera horrible. Algunos se suicidaban y otros, eran asesinados. Allí, nadie moría por causas comunes.  De repente, el cielo que unos minutos antes había sido fuego, desaparecía mientras que en su lugar, las nubes de color gris llenaban el vació que este dejaba y al fondo el cielo tomaba un color azul marino. Un chico que nunca había visto, de cabellos negros y ojos azules, con alas blancas y enormes que cubría su espalda salía del cielo <<Tobías>> dije para mis adentros. Algo me decía que ese era su nombre, no estaba segura de donde lo había oído, pero de lo que si estaba segura es de que así era.

Destino; el camino hacia la oscuridad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora