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Las horas habían pasado mientras la música se adentraba en mis oídos y cada nota vibraba a través de mis venas. Ahí estaba yo, con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el sillón, no podía verlo pero si podía sentir su presencia a mi lado, sentí también cuando apoyó la cabeza en el sillón, y sentí además el olor a que había prendido por lo menos unos 5 cigarros más.

Escuche un suspiró resbalarse de su boca cuando abrí los ojos. Su mirada andaba perdida en la oscuridad del departamento. Ya estaba oscuro y tenía que irme a casa pero lo peor era que aquel lugar desordenado y con plantas en todas partes se sentía más mi hogar que mi propia casa.

"Tengo que irme" susurré. "Quedate a comer algo" sonreí junto con él. "Pero no tengo hambre" dije "ni yo, pero no te vayas aún" y me bastó con eso para no moverme por una hora mas.

Me di cuenta que no quería hablar sobre su vida personal por lo que cuando hablamos le preguntaba sus gustos. Su color favorito era el verde, no le gustaba comenzar la mañana sin un café y que cada planta tenía su historia. Me dijo también que me iba a contar cada historia de cada planta en ese lugar pero no ahora.
Nos mirábamos en silencio por largos minutos como si tuviéramos tantas cosas que decir que las palabras no alcanzaban. Cada sonrisa que me dedicaba hacía que mi corazón se detuviera, era como si mis pulmones dejaran de funcionar y la sangre bombeara con una fuerza descomunal.

Era la persona más triste que había visto jamás. Sus ojos brillaban pero muy adentro ocultaban una tristeza infinita, los bordes de sus uñas estaban mordidos lo que me indicaba que era ansioso, que algo le inquietaba y yo daba lo que sea por calmar todos sus miedos y curar todas heridas.

Su mano rozó la mía cuando iba a apagar su cigarro, mi piel se erizo durante ese segundo, yo puse la mía más cerca y él sonrió, y por ese momento nunca me había sentida tan vulnerable. Hubiera durado más si la puerta no se hubiera abierto haciendo un estruendo.

Apartamos las manos rápidamente, sentí como un deja vu, gire mi cabeza hacia la puerta y un destello rojo me cegó. No pude evitar mirarla, pelo rojizo, piel pálida, lentes, ropa formal.

Louis se paró un poco incómodo y la saludo fríamente. "Luz, Harry... Harry, Luz" dijo presentándonos. Me levanté para saludarla, ella un poco sorprendida me tendió la mano y con una sonrisa dulce me dijo hola.

"Ella es mi novia" dijo y sentí como si un balde de agua helada caía lentamente sobre mi.

Art boyWhere stories live. Discover now