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"A veces pasa que conoces a un extraño y en lo único que piensas es que necesitas saber todo de él"

Ahí estaba, echado en mi cama, mirando a la nada. Tenía cosas que hacer, tenía que explicar por qué no estuve en la clase de arte, tenía que hacer un ensayo sobre mi obra favorita... y sin embargo ahí estaba, no haciendo nada más que pensar en dos ojos azules como el océano, una boca pequeña, unas manos pálidas y una voz dulce.

Gemma toca la puerta y rompe mi ilusión. "Pasa" dije sin moverme.

"Mira, lo siento si te grite ayer pero si no quieres que mamá se entere tienes que decirme por qué no estabas..."

"Si estuve en la clase, solo me fui al baño"

"¿Dos horas?" Dijo levantando una ceja. Me encogí de hombros. "Está bien... diré que estuviste enfermo o algo"

La miré a los ojos y le agradecí antes que se fuera. Sabía que tenía que compensarla, sabía que no podía faltar a ninguna otra clase, sabía que mamá no me iba a creer. Así pasé toda la mañana, pensando en él y en mis errores... claro que no sabía en ese momento que él iba a hacer un error más.

Me levanté y abrí la ventana y decidí ordenar un poco el escritorio antes de comenzar con el ensayo. Tome los jeans del día anterior y lo arrojé a la ropa sucia pero se cayo un papel del bolsillo. Sonreí al verlo, sabía lo que era más no lo que significaba para mí.

Lo puse bajo una libreta y comencé a escribir la introducción.

Una hora después salí de mi cuarto y rumbo hacia la cocina me lleve la sorpresa que no había nadie. Nunca pasaba eso, pero no le di importancia y lo tome como una señal para irme.

El aire estaba un poco caliente, el sol me cegaba el camino, pero nada importaba así que con el papel en la mano caminé hasta llegar a la calle escrita.

Sentía un hormigueo en los dedos y en la garganta. El cielo estaba despejado, el aire cada vez se sentía más denso... como si el mundo supiera lo que iba a pasar, todos menos yo.

Habían 3 timbres y no sabía cuál tocar. Revisé el papel unas mil veces pero en ninguna parte decía el número. Decidí por apretar todos. El primero era un hombre de voz muy grave y con tono agresivo. El Segundo una mujer y el último atendió luego de 4 veces. Su voz sonó por el intercomunicador y mi corazón dio un giro.

"¿Quien es?" Preguntó. "Harry" dije. "¿Harry?... o ¡El chico del arte!" Y tras decir eso pude entrar. Subí las escaleras y él me recibía apoyado en el marco de la puerta con el pelo despeinado, un short de jean y una remera blanca.

"La clave es daddy" me guiñó el ojo y yo sonreí. Se hizo un lado y me dejo pasar.

"No sabía que vendrías...está un poco desordenado"

El lugar era pequeño a comparación con mi casa. A un lado había una mesa color madera, un estante de libros muy grande, cada estantería llena, todo estaba desordenado, habían libros sobre otros, en el suelo, en los costados, debajo del mueble y encima también. Una ventana desde el piso hasta el techo que rodeaba todo el lugar. Alfombras de colores, demasiados cuadros colgados y no colgados también. Un sillón color café a un lado y una mesa de café pequeña al centro. Y 3 habitaciones cerradas. Al otro lado La Cocina. Todo estaba cerca, todo descansaba perfectamente , todo combinaba con él todo se parecía a él, me encantaba.

"¿Para que estás aquí?" Pregunto sentándose en una de las sillas altas en el la cocina.

"Por los libros" me miró confundido. "Ayer me dijiste sobre algo de un cliché..." empecé a explicarme pero abruptamente se paró y abrió una de las puertas de las 3 habitaciones, luego de unos minutos trajo consigo un libro con la tapa desgastada y las esquinas de las páginas dobladas.

"¿Lo leerás?" Me preguntó.

"¿Quieres que lo lea?" Dije dudando.

"Si"

Nos quedamos en silencio mirándonos por un largo rato.

Camino hasta el sillón café y apoyándose en él se sentó en la alfombra. Lo observé curioso y giré mi cabeza divertido al verlo sentarse en la alfombra teniendo un sofá a dos milímetros.

"¿Vienes Harry?" Dijo golpeando a su lado de la alfombra.

En menos de dos segundos ya estaba sentado, su respiración cerca, su calor derretía al sol, su voz estaba un poco ronca.
Sacó un cigarro y lo puso entre sus labios. Lo observé detenidamente, me daban cosquillas ver cómo su boca de adaptaba tan bien alrededor del cigarro. Me moría por ser el cigarro. "¿Fumas?" Preguntó ofreciéndome la caja. Negué con la cabeza. "Buen chico" dijo sonriendo antes de prenderlo.

Mire a mi alrededor y no pude evitar reírme. El levanto una ceja.

"Es solo que... eres un extraño, puedes matarme si quisieras, nos conocimos ayer en un museo y hoy estoy sentado en tu sala de estar, en una alfombra contigo"

"A veces pasa que conoces a un extraño y en lo único que piensas es que necesitas saber todo de él"

"No necesito saber todo de ti" mentí riéndome nerviosamente.

Aspiró del cigarro y lo contuvo en su boca mientras se acercaba más a mi. "¿Ah no harry? Yo si quiero saber todo de ti" dijo exhalando el humo tan suavemente que pude sentir el humo en mi boca y tosí automáticamente.

"Que quieres saber" dije.

"Todo" me susurró en el oido dejándome la piel de gallina. "¿Tienes hermanos?"

"Si una hermana"

"¿Mayor o menor?"

"Mayor"

"¿Está buena?"

Me incomodé tanto con la pregunta que no la respondí y fruncí mis labios, ofendido por alguna razón.

"Sabía que no eras heterosexual" murmuró poniéndose el cigarro en la boca de nuevo.

Mis ojos se abrieron y abrí la boca para decir algo pero ninguna palabra salió, me quedé inmóvil incapaz de hablar. ¿Soy gay?

Art boyWhere stories live. Discover now