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Mis ojos no se adecuaban al brillo de la mañana ni mi corazón a los eventos recientes. No podía dormir sin pensar en la pelirroja. Me sentía extraño, no la conocía en lo absoluto pero algo no encajaba con ella. No era gay... al menos no que yo sepa. No me había pasado antes nada parecido a lo que me estaba pasando.

El día transcurrió igual. Trataba de hacer lo que tenía que hacer pero mi mente estaba perdida. Y todo empeoró cuando llegó la noche. Eran las 2 de la mañana y seguía mirando al techo, la ventana estaba abierta y el aire frío entraba apacible como si supiera los tormentos en mi cabeza. Un nudo se iba formando en mi garganta, estar despierto a una hora tan tarde hacía que me sintiera más solo de lo que ya estaba. Cuando cerraba los ojos ahí estaba el, cuando pensaba en otra cosa escuchaba su voz en mis oídos. No sabía que me pasaba pero sabía que lo sea que fuese me estaba volviendo loco.

Al día siguiente me alisté para la escuela. El espejo reflejaba a un chico con ojeras y dudas. No sabía quién era, me miraba y no me reconocía. Esa tarde no hable con nadie porque mi garganta seguía seca ante las palabras ella es mi novia.

Todo mi día pasó tan monótono o al menos eso creía hasta que mi celular vibro. El número era desconocido.

"Anda a la cafetería del otro día. Atte: tu Daddy;)" mis labios formaron una sonrisa extraña y en ese momento supe que el mundo podía acabarse en ese mismo instante y no me importaría porque Louis estaba pensando en mi.

Al entrar, el mismo aroma a café recién hecho invadió mis sentidos, la misma chica de la boca roja y el pelo rubio me sonreía a lo lejos, era como si aquel lugar fuera una burbuja en el que el tiempo no pasaba... claro que no era así, porque ahí frente mío estaba una cabellera roja junto a un chico de pelo castaño, boca pequeña y manos rojizas.

Las ganas de darme la vuelta no me faltaban, pero no lo hice porque hay veces en la vida que una vez que estás adentro no puedes echarte para atrás... y si tienes que romperte para lograrlo entonces realmente no estás tan roto como pensabas.

Sonreí sin mostrar mis dientes al sentarme junto a ellos.

"Me alegra que vinieras" comenzó la chica. "No tuvimos tiempo de hablar el otro dia... te fuiste muy rápido" río nerviosa. Mis ojos iban de ella hacía los de Louis quien miraba sus manos y me miraba a mi disimuladamente.

"Si... lo siento" dije, mi voz salió más agresiva e hipócrita de lo que esperaba. "Bueno quería invitarte a que vengas a almorzar mañana" dijo sonrojándose, mis ojos se abrieron y mi mandíbula cayó. Mi corazón gritaba no pero mi boca dijo si.

"Perfecto, entonces a las 2 esta bien?"

"Salgo del colegio recién a las 3" dije y los ojos de Louis brillaron.

"A las 3:30?" Dijo Louis, su voz haciendo poco a poco que se me erizara la piel del brazo. "Umh si supongo que a esa hora"

La chica sonrío tomándole la mano a Louis y mi corazón crujió un poco.

Nos quedamos en silencio por un rato, Louis había cruzado su brazo alrededor de ella y yo no podía soportarlo un minuto más así que finji que me llamaban... y en ese instante me di cuenta que estaba más roto de lo que pensaba.

Art boyWhere stories live. Discover now