CAPÍTULO 27

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CAPÍTULO 27

Nicholas

Luego que Alice se va Sam —que tiene una cita con Rodrigo— también lo hace. Voy a mi oficina con Thomas que por su actitud sé que algo me quiere decir, pero por alguna razón no se atreve lo que me parece extraño porque la personalidad de este hombre jamás ha sido tímida.

—Nicholas... —por fin habla— ¿podemos hablar?

—¿Desde cuándo me preguntas Thomas? Tu eres de los que siempre habla —logro hacer que ría.

—Eso es cierto. Pero esta vez es diferente. ¿Vienes conmigo?

Asiento y luego de guardar mis cosas nos vamos, cuando pasamos por el pasillo principal Edward y sus socios salen de la sala de juntas, por su cara puedo deducir que las cosas —al menos para él— no salieron muy bien. Una mujer con la que sé Sam ya tiene casi asegurado el que venda me saluda y aunque hago lo posible por saludarla de manera distante siento la mirada perspicaz de Greg sobre nosotros. Sé que él sospecha de nosotros y solo me resta esperar que Sam sí sea más inteligente que él.


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Entro tras de Thomas a su habitación en el hotel donde aun se queda. La conversación mientras pedimos algo de comer es ligera hablamos de cualquier cosa que no tenga que ver con el trabajo ni el motivo de estar aquí. Y eso es lo que me gusta de estar con Thomas, porque antes de estar en esta complicada y rara relación fuimos amigos mucho tiempo, aun lo somos y sé que pase lo que pase desde aquí lo seguiremos siendo. Él es alguien que quiero en mi vida y sé él también me quiere en la suya.

—¿Qué es lo que quieres decirme, Thomas? —le pregunto cuando me entrega una copa de vino y se sienta a mi lado en el sofá.

—Sabes que te quiero ¿verdad, Nicholas?

—Tanto como yo a ti —me sonríe.

—Yo, solo quiero que seas feliz. Y... me habría encantado ser yo el motivo de tu felicidad.

—Tom...

—Tranquilo, no estoy diciéndote que estoy enamorado de ti —me da una sonrisa aun más grande—. Pero sé que si esto seguía iba a terminar estándolo. Y me temo que tu no habrías sentido lo mismo por mí. Así que estoy bien con que lo nuestro ya no siga.

Quiero responderle que sí me habría enamorado también de él, pero eso es algo que no estoy seguro de haber logrado incluso si nunca hubiese vuelto a ver a James, porque en mi algo siempre me impidió entregarme por completo a una relación y eso me ocurrió con cada pareja con la que estuve a lo largo del tiempo.

—Tienes que tomar una decisión sobre lo que vas a hacer con Edward, Nick —toma mi mano—. Si vas a volver a estar con él olvidando todo lo que ocurrió en el pasado o definitivamente dejas todo como estás y regresas a tu vida en España.

—Lo sé. Pero es que todo me tiene la mente revuelta —me levanto y camino hacia los ventanales—. Cuando decidí venir aquí estaba tan seguro de que ese hombre ya no significaba nada. Pero ahora... ¡No puedo creer que sea tan imbécil!

—Nick... te has preguntado si ¿aún quieres a James o te enamoraste de Edward?

Me giro a verlo, solo lo observo porque no soy capaz de responder a su pregunta. Es como si en este momento Thomas me hubiese preguntado cual es el origen del universo, porque su pregunta me deja sin palabras, no tengo ni una sola respuesta para darle porque simplemente; no lo sé.

¿Aun amo a James o me enamoré de Edward?

Yo amé a James con el más puro amor que se pueden entregar la primera vez que amas. No sé si también influyó que mi corazón estaba en extremo lastimado por la muerte de mis padres, pero ese chico entró en él de una sola vez y lo llenó todo. Antes de él sí había sentido que algún que otro chico me gustaba, aunque el enamoramiento no me duraba más que un par de meses. Pero James Smith para mí lo fue todo, y por un momento sentí que para él también lo fui. En el momento que me traicionó de la forma en que lo hizo, todo en mi se derrumbó, él no solo se llevó mi dinero, sino que también se llevó mi alma, mi corazón, todo se fue con él, pero yo, aunque con dolor, seguía amándolo. No sé en qué momento ese sentimiento comenzó a desvanecerse o yo a ocultarlo, pero pasó y yo pude seguir adelante. Hasta que en un momento estaba completamente seguro que nada quedaba de él.

Hasta que vine aquí. Vine y lo encontré de nuevo. No mucho me duró esa seguridad porque en unas cuantas semanas ahora Edward comenzó a meterse en mis pensamientos, en mis sueños. Una vez más se adueñaba de ellos incluidas las sensaciones de mi cuerpo y aunque me dije que no podía ser posible ahora me encuentro teniendo sentimientos por él una vez más.

¿Aun amo a James o me enamoré de Edward?

¿Qué más da si es uno o el otro?

¿Habrá importancia en responder esa pregunta?


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Me rio de la mala cara de Samantha mientras la ayudo a hacer su maleta. Sam está moleta por dos razones, una porque debe viajar con Thomas y Edward, y está segura que deberá hacer de arbitro entre esos dos, aunque Tom le aseguró que se va a portar bien. Y la segunda y creo que la más importante y la que la tiene echando chispas por los ojos es porque vio a Rodrigo en la universidad con una chica de manos coquetas.

—No dejes que se maten ¿sí?

—¿Por qué debo ir yo? Podrías enviar a cualquiera de los abogados del conglomerado.

—Por que me amas. Y si uno se muere el otro va a terminar en la cárcel.

—Tonto.

Nos despedimos fuera de la casa donde un chofer de la empresa de Edward pasa por ella para luego pasar por los demás. Yo tomo mi auto y voy hacia la empresa. Cuando llego no hay mucho movimiento seguro por que es temprano, pero a pesar de eso Alice ya está en su puesto trabajando en ciertas cosas que serán de ayuda en lo que planeamos hacer. Ya nos queda poco tiempo aquí. Dos meses.

—Buenos días, Alice.

—Buenos días. Recuerda que hoy tienes una cita para almorzar con Mark Jones, su secretaria ya confirmó el restaurante.

—Bien ¿irás conmigo?

—Eh... quería pedirte si me podía tomar la hora del almuerzo un poco más larga —parece nerviosa y eso despierta mi curiosidad—. Darren me invitó a comer.

Creo que la sonrisa que se forma en mi cara es de cierta burla porque Alice me mira con el ceño fruncido. Darren es un hombre duro los negocios son importantes para él porque con eso mantiene a su familia que por mucho tiempo sufrió el mal manejo de en quien confiaron y estuvieron a punto de perderlo todo. Alice llegó cuando él estaba en ese proceso y fue su puntal en todo momento y quien le ayudó a salir a flote. Todos los que trabajamos con ellos sabemos ahí hay algo que en cualquier momento va a ceder, no sé cual es el miedo de Darren de dar el paso con Alice, ni porque no lo hace ella. Pero sé que un día no serán capaces de pararlo. Y tal vez, con traer a Alice conmigo estoy ayudando en algo.

—Puedes tomarte la tarde libre si quieres.

—Tú también deberías tomarte la tarde libre —se escucha. Me giro y no sé qué demonios hace él aquí.

—¿Tú no deberías estar en el aeropuerto?

—No viajé —Edward se acerca a mi y se queda a solo unos pasos—. Greg fue por mí.

—¿De qué...? —se inclina para quedar demasiado cerca de mi cara.

—Estaremos dos semanas solos tú y yo, Nicholas. 

Todo de mí. PRONTO EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora