Quien sepa quién es Lukas Dawson le dedico el siguente cap :)
CAPÍTULO 28
Nicholas
—¡Nicholas! —levanto mi mano a forma de saludo cuando escucho mi nombre dicho por la ronca voz de Mark Jones— Que gusto de verte —se levanta cuando el mesero me guía a la mesa donde él y dos hombres más me esperan.
Tengo que levantar la vista cuando estrecho su mano porque este hombre me supera bastante en estatura. Mark Jones es un afroamericano que debe estar rondando el metro noventa de estatura, con un cuerpo ancho y fornido típica de los hombres de color, su cabello negro cortado casi al ras y sus labios gruesos. Su familia es dueña de una cadena de hoteles bastante conocida que hace algún tiempo tiene negocios con el área turista del conglomerado por eso he tratado con él en más de una ocasión.
—También es un gusto para mí, Mark —dirijo la mirada a los otros dos hombres que también se levantan—. Señores.
—Déjame presentarte, él —se dirige a un hombre que debe estar rondando los cuarenta años, casi de mi estatura que tiene los ojos de un gris tenue e igual que todos va vestidos en un elegante traje— es Lukas Dawson. Creo que tienes negocios con su empresa.
—Mucho gusto, creo que ha tratado más con mi padre joven Nicholas. Anthony Dawson.
—Oh, sí. También con Daniel, su hermano —la familia Dawson tiene una cadena de supermercados en toda América.
—Y él —se dirige al otro hombre— es Richard Campbell.
El segundo hombre me cuenta que es uno de los directores de una conocida empresa de viajes. Sé el motivo que tiene Mark para haberlo invitado. A este hombre le gusta recomendar a nuevas empresas. Fue él quien —según la investigación que hizo Sam— le habló de BalthGroup a Greg. Y ahora está haciendo lo mismo con este hombre. Con los Dawson, aunque no estamos asociados hemos hecho varios negocios juntos por lo que conozco su trabajo y cómo se desarrollan, pero no conozco para nada la agencia de viajes que dirige el señor Campbell así que mientras comemos escucho atentamente porque me gusta impregnarme de nuevos conocimientos.
Cuando terminamos el almuerzo Lukas me invita a comer con él y su padre en unos días lo que acepto sin ninguna dificultad porque una charla de negocios con Anthony Dawson siempre es un gusto. Ese hombre seguro me triplica en experiencia.
Al volver a la empresa me encierro en mi oficina a revisar los correos que he recibido del conglomerado porque no puedo enajenar de todo lo que ahí suceda. Hernán y Sonia me mantienen al tanto de todo y esta última me envía todo aquello que sí o sí debe ir con mi firma. Documentos que reviso minuciosamente y más de una vez por si en la primera lectura pasé algo por alto. Estoy en eso cuando la puerta de la oficina se abre sin nadie anunciarse porque Alice me tomó la palabra y no volvió luego de su almuerzo con Darren.
Edward entra con computadora en mano y varias carpetas, se sienta frente a mí, acomoda sus cosas y me sonríe mientras comienza a trabajar. Lo miro por unos minutos para que diga qué demonios hace aquí, pero no dice nada.
—¿Qué haces? —pregunto cuando ya me impaciento.
—Estás evitándome de nuevo y no voy a dejar que lo hagas. Así que si Mahoma no va a la montaña...
Los demás viajaron hace dos días. Y estaremos dos semanas solos, en cierta medida es cierto que me he estado escabullendo de Edward, el primer día prácticamente me encerré en la oficina y ayer me la pasé todo el día fuera. Hoy pretendía hacer lo mismo pero lo que tenía que hacer pedía que estuviese aquí y solo pude hacerlo por la mañana.
Trato de concentrarme en trabajar aun con su presencia aquí, pero no puedo hacerlo. Su mirada permanente en mí no me deja poner atención en lo que estoy leyendo y debido a su presencia no puedo responder con libertad las cosas de conglomerado que estoy revisando.
—¿Puedes irte tu oficina?
—No quiero —me responde sin levantar la vista de lo que está revisando.
Suspiro y con cuidado de recoger cada uno de los papeles que solo haga mención de BalthGroup y mi laptop me levanto y salgo de la oficina bajo el llamado de Edward, sigo caminando y bajo la atenta mirada sorprendida de la secretaria de Edward entro en su oficina y cierro con llave. Solo pasan unos minutos cuando ya el muy idiota está tocando la puerta.
—Nicholas.
—Si no es algo de trabajo, lárgate.
Pasan unos minutos más y escucho unos murmullos tras la puerta hasta que la siento abrirse y Edward entra girando las llaves en uno de sus dedos mientras se ríe en mi cara.
—En serio debes dejar de evitarme. Ya que dije que te voy a seguir por todos lados.
—No te evito. Me molestas, necesito trabajar.
—Nick...—se vuelve serio— tu y yo debemos hablar.
Este hombre no se cansa ¿no sabe que hablar con él es justamente lo que quiero evitar? Que hablar con él es justamente lo que no quiero hacer porque me aterra que el último vestigio de resistencia que me queda ceda ante él y no pueda evitar ya más el hecho que en algún momento terminaré entre sus brazos.
—Está bien. Más tarde, al salir de aquí —me resigno—. Ahora vete de aquí que tengo una reunión con mi jefe.
Me sonríe feliz y se va. Yo suspiro porque esto no es una buena idea, debí negarme en todo momento, tal vez inventarme algún viaje solo para no estar con él. Pero también sé que esto no es algo a lo que le pueda más largas. Ya es hora que tomé una decisión definitiva con respecto a esta situación donde yo mismo me puse.
A las seis en punto termino la reunión con uno de los directores del conglomerado ya que por la diferencia de horario en España ya es tarde y me estoy aprovechando en cierta manera de su sentido del deber. Porque él hace rato terminó su jornada laboral. Salgo de la oficina y ahí está Edward esperando. Por unos momentos tuve la esperanza de poder escabullirme, pero al parecer eso no será posible.
Aunque me pide que vaya con él en su auto insisto en ir en el mío donde sea que quiera llevarme porque de alguna manera quiero tener cierto control de la situación. Sentir que tengo algo seguro por si necesito escapar. En el camino, mientras lo sigo por mi mente pasa la idea de desviar el camino e irme, pero lo descarto y me dedico a llamar a Rodrigo y pedirle si puede quedarse con Saimon que ya está recuperado, no al cien por ciento, pero sí —con algunas limitaciones— es el mismo que antes.
Me sorprende cuando llegamos a un edificio bastante moderno no muy alejado de donde se encuentra la empresa, sigo a Edward dentro y luego las señas de un hombre que me muestra donde estacionan las visitas. Cuando Edward me ve bajar de mi auto me hace gracia su cara de alivio, seguro este hombre pensó que no iba a venir.
—¿Qué es este lugar?
—No quiero que nadie nos interrumpa así que... te traje a mi departamento.
¡Dios! Eso no es una buena idea.
—No intentes nada, Edward. Solo vine a escucharte.
—Lo prometo. Solo te haré la cena y luego hablaremos.
Las promesas de Edward son algo que nunca más pensé en siquiera intentar creer una vez más. Pero aquí estoy, siguiéndolo hacia su casa esperando que lo que diga esta vez sea la verdad.
Definitivamente no soy tan inteligente como la gente cree.
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Todo de mí. PRONTO EN FÍSICO
No FicciónEdward O'Donnell ha construido un pequeño imperio a partir de herir el corazón de la persona que ama y de paso el suyo. O'DonIngenier, la empresa que sacó de las cenizas solo para tener el privilegio de echar a los hombres que habían causado la desg...