=Rutina Diaria=

76 5 4
                                    

-¡Mis lentes! ¡Demonios!-a unos pasos, la persona con la que había chocado parecía desorientado por el golpe. Tambaleante dio un paso hacia atrás y Xandy escuchó como tronaban sus lentes-¡Nooo! ¡Mis lentes!-chilló antes de ponerse roja de ira y arremeter contra el chico-¡Imbécil! ¡¿Por qué no te fijas por dónde vas?! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿A caso este mundo es tan cruel que hasta mis lentes quiebran?! Hijo de...-calló al medio divisar entre su ceguera el rostro del chico al que le gritaba.
Era Pepe, el mejor amigo de Ricardo, un chavo algo vanidoso pero con buena vibra, amigo de todos.
Él y Ricardo eran como uña y mugre, siempre estaban juntos ¿y cómo no? Tenían demasiado en común, siendo lo principal el ser los más guapos, populares y cotizados de la preparatoria.
-¿Estás bien?
-Ah...ah...ah...-no había nada en el cerebro de Xandy-Ah...s...sí.
-Oye, discúlpame, venía algo distraído.
-No...n...no te preocupes, estoy bien...sólo que...mis lentes-se agachó a juntarlos y se los mostró. Estaban hechos pedazos.
-¡Perdón! Te juro que te los pago y...
-¡Cabrón! ¿Qué pedo? ¡Te vengo gritando desde en cas de la fregada y no contestas!-Dijo Ricardo llegando.
-Perdón-rió-No te escuché, es que...pasó un accidente.
-¿Qué accidente?
-Choqué con ella y le...
-¿Chocaste? ¿Con quién?
-Con e...-cuando Pepe volteó, Xandy ya no estaba ahí. La chica había salido corriendo en cuanto Ricardo se acercó.
Ambos se miraron confundidos pero no dieron más importancia al asunto y simplemente siguieron su camino.
Xandy llegó a su casa donde siempre era lo mismo.
Su familia era de buena estabilidad económica, ella estaba en escuela privada, una de las mejores preparatorias de México. Sin embargo, como siempre, el dinero no lo era todo.
Su padre siempre le daba prioridad a su trabajo antes que a cualquier otra cosa, su madre estaba obsesionada con la limpieza de la casa y en limpiar se la iba cada día, sino es que estaba chismeando con las vecinas; su hermano siempre estaba en la calle y si se le daba la gana, no volvía hasta el día siguiente y cada que se veían era sólo para pelear.
-¡Llegué!
-¡Qué bien hija! ¿Me ayudas a trapear arriba?
-Sí, mamá-tomó el trapeador y subió. Arriba estaba su padre sentado frente a su escritorio con el Nextel por un lado, al parecer daba una conferencia en inglés-Papá, mis lentes se...
-Xandy, ahorita no, estoy ocupado ¿Qué no ves?-susurró. Xandy suspiró y llegó hasta su cuarto donde arrojó la mochila al suelo. Su hermano husmeaba entre sus cosas del clóset.
-¡Hey! ¿Qué haces? ¡Deja ahí!-lo empujó.
-¿Dónde está "Cassette Horror"?
-Está debajo de la cama ¿Para qué la quieres? ¡Tú ni patinas!
-La quiero para romperla-dijo ya que la había tomado y salía con ella en la mano.
-¡¿Qué?! ¡Vuelve acá!-corrió tras de él y jaló la patineta-¡Suéltala!
-¡No!-forcejearon hasta que ella jaló demasiado fuerte y su hermano se fue hacia atrás. Xandy enojada se fue corriendo a su cuarto y ahí se la pasó todo el día escuchando su música favorita, esa en la que los cantantes todo el tiempo gritaban.
Por la noche, salía con sus amigos a patinar, era su rutina diaria.
Al día siguiente, sin lentes y a medio ver (por la ausencia de gafas y el mega copete que tenía), llegó y se metió al salón donde todos reían y/o se preguntaban cosas como "¿Qué hace aquí?"
La maestra entró al aula.
-Oiga, usted, la del copete... ¿es nueva?
-Emm... no, aquí llevo ya dos años.
-¿Está usted segura? No la había visto por aquí.
-¿No es este quinto B?
-No, es quinto D-Todos comenzaron a reír, se había equivocado de salón y para variar, en ese grupo iba Ricardo y al Xandy recordar eso, se puso bastante nerviosa. Dio media vuelta para salir del salón y alguien le metió el pie haciendo que fuera a dar al suelo y ocasionando más risa por parte de todos.
Fue tanta la vergüenza y humillación que Xandy no pudo ni siquiera levantarse, tenía el cuerpo engarrotado y el orgullo destrozado.
Comenzó a llorar ahí en el suelo y eso sólo provocó más burlas.
-¡CÁLLENSE TODOS!-gritó alguien bastante enojado y todos guardaron silencio.

UNA VIDA PATHETICAWhere stories live. Discover now