=¿Cómo Saber?=

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-Yo no sé besar... nunca lo he hecho-dijo nerviosa. Ricky sonrió más.
-En ese caso, ya sé la respuesta...-se acercó a darle el beso él a Xandy pero justo entonces, Panqué despertó y ella aventó a Ricky.
-¡Panqué...!
-Xandy, Xandy...
-Aquí estoy, ¿qué pasó?
-¿Dónde estoy?
-En el hospital.
-¿Por qué? ¿Qué me pasó?-intentó incorporarse pero Xandy lo tomó de los brazos y lo volvió a acostar.
-Tranquilo, ¿No recuerdas nada?
-Eh... déjame pensar-miró a la nada-Lo último que recuerdo es estar patinando en el parque y... ¡Oh, sí! Llegaron unos Punks y me agarraron a putazos. Los demás pudieron huir pero varios fueron a seguirlos... uno dijo tu nombre y que estabas en el colegio y como pude intenté llegar antes y te avisé... y te siguieron-se fue acelerando-Y yo me quedó con...-volteó a ver a Ricky-Con él-lo señaló-Con él y su amigo... pero él...-señaló de nuevo-Se fue y... después ya no recuerdo nada. ¿Tú cómo estás, princesa?-le tomó la mano.
-Estoy bien Panqué, gracias en parte a ti. Pero mira nada más como te dejaron...
-No hay problema, con que tú estés bien, yo también-sonrió.
-Gracias, bonito-le sonrió.
-Creo que yo sobro aquí-habló Ricky yendo hacia la puerta-Adiós-y salió azotando la puerta.
-¡Ricky!-se incorporó.
-¿Y a ese qué le pasa?
-No sé, creo que está enojado.
-Te alcanzaron a cortar tu cabello-tomó un mechón.
-Sí pero nada grave... Ricky me salvó.
-¿En serio?
-Sí-sonrió-Y me llevó a su casa para curarme los raspones. Me dio ropa limpia.
-Sí, ya veo-la barrió-¿Quiere contigo, no?
-¿Por qué lo dices?
-Todo lo que hizo por ti-Xandy miró hacia otro lado-Es tu oportunidad-le apretó un hombro.
-No, ¿cómo crees?-se zafó.
-¿Cómo creo?-arqueó ambas cejas-Si desde que entraste a la escuela lo has querido... si ahora él te da alas, date la oportunidad.
-Pero... ¿Y tú...?
-Nunca me corresponderás como yo quisiera y sólo me lastimaras y de paso saldrás herida tú. Es mejor así, después de todo, te prometo que seguiré siendo tu amigo, estaré ahí cuando me necesites, para lo que necesites.
-Panqué-le salieron un par de lágrimas-Que lindo. No sé cómo pagarte todo lo que haces por mí...
-Sal con Ricky...
-Bien-se limpió las lágrimas-Haré lo posible.
-Ya está-Xandy se agachó y le dio un beso a Panqué en la comisura.
Ricky en ese momento abrió la puerta y malinterpretó aquello.
-¡Xandy!-gritó-El doctor quiere hablar contigo-su voz sonó molesta.
-Ok, ya voy-le sonrió. Ricky agachó la cabeza y volvió a salir.
Xandy dejó el cuarto y vio al doctor.
-Le tengo buenas noticias.
-¿Sí? ¿Cuáles?
-El joven Bryan ya puede salir.
-¡Oh! Muchas gracias-dio un par de brinquitos y se metió a la habitación a darle la noticia a Panqué, luego le marcó a otro de los chicos para que le llevaran ropa.
El chico llegó y le dio la ropa a Panqué, quien se cambió a toda prisa.
-Yo los llevo-ofreció Ricardo cuando los tres salieron del cuarto.
-¿En serio?-preguntó Panqué.
-Claro.
-Gracias, Ricky-dijo Xandy, pero Ricardo hizo como que no la escuchó.
Subieron al carro y en el camino nadie habló.
Primero dejaron a Panqué y su amigo.
-Adiós Panqué, te cuidas mucho.
-Igual, princesa. Gracias-le besó la mejilla y susurró-Es tu oportunidad.
-Ok, bye-Panqué y su amigo se alejaron del auto y entraron a la casa. Ricardo no arrancaba.
-Vente para adelante, no soy chofer.
-Ok-se bajó del auto y se dirigió al asiento de copiloto. Ricky por fin arrancó.
El silencio reinó de nuevo hasta que Xandy pensó en voz alta.
-Mis padres me van a matar si regreso a la casa sin lentes.
-¿Por qué no te operas los ojos?
-¿Eh?
-Dijiste que te van a matar si regresas sin lentes, te pregunto que por qué no te operas los ojos.
-Oh, perdón. Pensé en voz alta-se sonrojó-Mis padres prefieren gastar el dinero en otras cosas que en mí y dicen que les sale más barato comprarme lentes que operarme.
-¿Y sí te animarías?
-¿A operarme?
-De eso estamos hablando ¿no?
-Ah... pues, sí, la verdad prefiero operarme que traer los lentes molestos.
-¿Lo harías ahorita?-ella lo miró confundida.
-¿Operarme? ¿Ahorita? No tengo dinero...
-¿Y si lo tuvieras?
-Pues...amm... sí-Ricky dio una vuelta brusca y aceleró-¿A dónde vamos? ¡Por acá no es mi casa!-Ricardo no contestó nada y Xandy no volvió a preguntar.
Después de unos 10 minutos, Ricardo se detuvo
-Ya llegamos-dijo con el tono serio que tenía desde el hospital.
-¿A dónde?
-No preguntes y bájate.
Xandy obedeció un poco insegura. Era una especie de clínica privada.
Ambos entraron en ella. Ricardo miraba a todos lados buscando a alguien... por fin se aproximó a un tipo.
-¡Güey! ¿Qué onda?
-¡Qué onda! ¿Cómo estás?-se saludaron.
-Bien ¿y tú?
-También bien, ¿Qué te trae por acá?
-¿Aún aplicas cirugías?
-Normalmente no, ya pasa de las 10 de la noche, pero por ser tú... ¡claro! ¿Qué pasa?
-Mira amm...-le hizo la seña a Xandy de que se acercara y lo hizo-Te presento a Xandy, Xandy, Arturo.
-Mucho gusto, hermosa-le estrechó la mano.
-El gusto es mío.
-Tiene miopía y astigmatismo y pues quisiera saber si la puedes operar.
-Claro, ¿ella está de acuerdo?
-Sí-asintió ella.
-Vente.
La llevó a un cuartito y la acostó en una camilla. Se lavó sus manos y alistó un montón de cosas. Xandy estaba nerviosa.
-Ricky ¿Pero y mis padres?
-¿No te han hablado o sí?
-No.
-Entonces no hay bronca, si te preguntan dónde estuviste, les dices que con alguna amiga Emo, no sé...
-Ok.
-¿Nerviosa?
-Un poco... ¿Por qué haces esto?
-No me preguntes, ¿sí? Yo sabré.
-Está bien.
-¿Lista?-regresó Arturo.
-Sí, creo.
-Bien, comencemos.

UNA VIDA PATHETICAWhere stories live. Discover now