GEMELOS

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Sentado frente al escritorio, con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos, Sebastian estaba a punto de recibir la noticia que cambiaría por completo su vida.

La custodia de Scarlet Stan y Michael Stan, es otorgada al Sr. Sebastian Stan.

6 años después...

¡¡¡Papaaaaá..!!!!!-

Sebastian se encontraba frente al espejo del baño, intentaba peinar el rebelde cabello de su pequeña hija.

Papá, papá, ¿en donde esta mi zapato?- Michael jalaba el pantalón de su padre para llamar su atención.

Mickey, tu zapato está en mi cama-

El niño corrió a la cama de su padre y ahí encontró su pequeño zapato.

Ya lo encontré papá- El niño se sentó en el suelo y se coloco los zapatos.

Muy bien, ahora vámonos-

La pequeña bajo de la silla alta, en donde su padre la sentaba cada mañana para peinarla. Salió corriendo del baño y bajo directo a la sala, para ver algo de televisión antes de irse.

Sebastian llamo a su hijo, segundos después, sin ánimo y con reproche, se presentó con su padre, él tomo el cepillo y lo paso por el rebelde cabello del niño, Michael dejo que apaciguaran su rebelde cabello, pero al terminar, volvió a alborotar su cabello y salió corriendo para encontrarse con su hermana en la sala.

Quedando solo en el baño, limpio el desastre que hizo al tratar de peinar a sus hijos. Vio su reflejo en el espejo, logro observar grades manchas moradas debajo de sus ojos, no recordaba la última vez que había dormido antes de las dos de la mañana, el trabajo se volvía más demandante y agotador.

Miro fijamente su rostro, en el, pequeñas arrugas amenazaban en aparecer con firmeza, suspiro profundo y paso sus manos por el cabello. Tener dos hijos y criarlos solo, no era el verdadero problema, estar la mitad del día en su trabajo, eso era lo que estaba terminando lentamente con él. Suspiro profundo y mojo su cara, al terminar de arreglar su ropa bajo a la sala con sus hijos.

¿Papi que vamos a comer?- La pequeña jalo el pantalón de su padre para llamar su atención.

Mi amor acabamos de desayunar- Sebastian tomo su maletín y la enorme mochila de los niños, en ella, guardaba comida y juguetes para que no se aburrieran en su trabajo.

Pero tengo hambre- La niña toco su panza e hizo un puchero.

Ten, una manzana- Saco una manzana del refrigerador y se la entregó a su hija -Ahora vámonos-

Ella tomo la manzana y después de hacer un pequeño puchero camino detrás de su padre.

Sebastian coloco a sus hijos en el asiento de atrás, uno en cada asiento especial para niños, se aseguro de que estuvieran a salvo. Coloco su maletín y la gran mochila en el asiento del copiloto, subió a la camioneta y miro su reloj, la hora perfecta, la mayoría de las personas, ya habían entrado a sus trabajos, lo que significaba poco trafico, por suerte, él tenia el beneficio de entrar una hora después de los demás.

¿Vas a tardar mucho?- Pregunto el pequeño, odiaba estar mucho tiempo en el trabajo de su padre, ya que él, al igual que su hermana, siempre se aburrían.

Posiblemente- Contesto sin dejar de ver el camino, que por suerte, estaba casi desierto, a excepción de un par de coches.

¿Qué es posiblemente?-

Qué si, tonto- Contesto la niña con una mueca de burla.

No le digas así a tu hermano- Miro a los niños por el espejo.

Padres SolterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora