Habían pasado varios días desde su último encuentro con Elizabeth. Sebastian caminaba en círculos por la oficina, diferentes discursos iban y venían por su cabeza, ¿Qué decir?, ¿Qué hacer?, sabía que la forma en la que había desaparecido, no había sido la correcta, ¿Pedir disculpas o solo actuar como si nada hubiese sucedido?, su cabeza era un mar de preguntas y con ninguna respuesta a la vista.
Dejo de pensar y se dispuso a arreglar las cosas de una buena vez. Aviso a la secretaria que estaría fuera por un tiempo, se dirigió al elevador y bajo hasta el piso de Elizabeth, al llegar, seguía pensando en que decir para no ser rechazado a la primera, pero grande fue su sorpresa al ver que la oficina estaba vacía y por lo tanto, cerrada con llave.
Hecho un vistazo para saber si alguien se encontraba en su lugar, y así era, las demás oficinas de cristal estaban ocupadas por sus representantes, la de ella era la única vacía.
Un hombre de barba tupida y traje color gris oscuro, salía de la oficina junto a la de RRHH, así que Sebastian aprovecho para intersectarlo.
Disculpa, ¿Sabes en donde se encuentra Elizabeth?-
¿Y quién la busca?- Aquel hombre no reflejaba expresión alguna, por unos segundos Sebastian pensó que estaba molesto con su presencia.
Soy Sebastian Stan, ¿tú quién eres?- Cambio su postura, ahora se encontraba erguido y con expresión nula en su rostro.
Soy Paul Radd, amigo de Elizabeth, y ella no está, pidió el día libre-
Los hombres se miraron por una fracción de segundos, se podía cortar con tijeras la tensión que había entre ellos, Sebastian fue el primero en romper aquel contacto visual y decidió irse por donde había llegado. Esta vez fue más abajo en el elevador y llego hasta el estacionamiento, camino hasta su camioneta y subió poniéndola en marcha directo a la casa de Elizabeth, no sabía si estaría ahí, pero tenía que encontrarla y pedirle disculpas por su anterior comportamiento.
Se disponía a estacionar la camioneta en el mismo lugar que la última vez, pero no logro llevar a cabo su idea, ya que en ese lugar se encontraba un coche Jaguar color negro último modelo, sabía perfectamente que no era de Elizabeth, aunque no le sorprendería si ella le dijese que lo acababa de comprar solo por diversión.
Estaciono en la acera de enfrente, salió de su camioneta y camino directamente a la casa de la mujer, antes de tocar se detuvo y escucho, alguien reía adentro, reconocía la risa de ella, pero otras dos risas masculinas le eran irreconocibles. Sebastian hizo sonar una vez timbre y espero por unos segundos, no pasó mucho cuando la puesta se abrió, tras ella estaba Elizabeth, la mente de Sebastian quedo completamente en blanco al ver a aquella mujer parada frente a él, ella portaba un vestido blanco con pequeñas flores azules. Él sentía como su temperatura comenzaba a elevarse, junto con su ritmo cardiaco, quería hablar, pero un inexplicable nudo en la garganta se lo impedía.
Sebastian, hola- Ella tan jovial desde el momento en el que se conocieron, le mostraba una gran sonrisa y unos bellos ojos cafés iluminados por su propia alegría, parecía que no tendría que disculparse por lo ocurrido días antes ya que ella ni siquiera parecía recordarlo.
Elizabeth, yo....- No sabía que decir o hacer, solo estaba ahí, parado, esperando que su repentino aumento de temperatura no se diera a conocer gracias al color de sus mejillas.
Pasa, ven, quiero presentarte a alguien- Mantuvo la puerta abierta hasta que él pudiese mover sus piernas y lo condujeran al interior de la casa.
Ella camino hasta la sala de estar, detrás de ella, iba Sebastian que segundos antes no podía pensar más que en la imagen que acababa de ver, pero, todo esto cambio, cuando vio a dos hombres sentados en los sofás de la sala, uno de ellos era el hermano de Elizabeth, al que solo conocía en fotografías, pero al otro hombre lo desconocía por completo.
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Padres Solteros
FanfictionNadie dijo, que ser padre soltero sería fácil. Sebastian no tiene tiempo para hacer amigos, o mantener una vida social. Piensa que nadie puede entender lo difícil que es criar a dos niños, por sí solo. Los gemelos no conocen a su madre, nadie conoc...