TE ODIO

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Miles de posibles situaciones rondaron por su cabeza, la noche anterior no logro conciliar el sueño pensando en que y como hablar con él.

Elizabeth revisaba su maquillaje en un pequeño espejo de bolsillo, terminaba de delinear su labial cuando una conocida voz se hizo presente.

Hola- Aquel hombre, se encontraba parado bajo el marco de la puerta, de aquella ya conocida oficina de cristal.

Hola Sebastian- Contesto sin mirarlo.

¿Nos vamos?-

Si- Cerro el pequeño espejo y lo guardo en su bolso. -¿Iremos por los niños?-

Si-

Ella se levantó, tomo su bolso, salió de la oficina y después cerró con llave. Camino hasta el elevador y detrás de ella iba Sebastian, sentía la mirada del hombre, pero no quiera mirarlo o dirigirle la palabra.

Llegaron hasta la camioneta del hombre, se subió rápidamente para evitar que él la ayudara. Él se subió y comenzó a conducir.

En ese momento, Sebastian entendió nada estaba bien.

¿Y Luke?- Trago saliva temiendo la respuesta de la mujer, o aun peor, de su indiferencia.

Esta con mi prima- Ella miraba al frente.

¿No vendrá con nosotros?-

No, prefiero que se quede con ella y haga su tarea-

¿Estás bien?-

Si, solo estoy cansada, no pude dormir bien- Seguía sin mirarlo.

Puedes dormir mientras llegamos por los niños-

Ella solo sonrió sin decir nada más, lo que había pasado la noche anterior con Luke y Michael no dejaba de rondar por su cabeza.

Llegaron a la escuela de los niños, él bajo y minutos después ya estaban los tres de regreso en la camioneta, ellos saludaron con júbilo a su amiga, ella correspondió con la misma actitud.

Al llegar a casa, los niños fueron a sus habitaciones para tomar una siesta. Sebastian fue directo a la cocina para preparar la comida mientras Elizabeth cambiaba su uniforme de trabajo por algo más cómodo.

Ella salió del baño y camino directo a la cocina, se tomó con Sebastian en cuclillas frente al horno encendido, ella solo se recargo en el refrigerador.

Hola Eli, ya casi está listo- Con una sonrisa en los labios y gozo en la mirada, señalo el horno -¿quieres vino?- Se levantó para quedar frente a ella.

Sí, me gustaría tomar algo- Evadió su mirada y contesto sin emoción alguna.

Él se dirigió a un pequeño bar improvisado en la misma cocina, tomo un par de copas y una botella de vino, ella solo camino hasta la isla para sentarse en una de las sillas altas.

Comenzó a servir algo de vino tinto en la copa de la mujer, ella cambio su rostro inexpresivo por uno de incertidumbre, sus dedos golpeaban la barra de granito bajo ellos.

¿Puedes servir un poco más?- Pidió la mujer mirando directo el contenido de la copa.

Si- El obedeció y lleno la copa de la mujer -Te ves agitada- Sirvió más vino en su propia copa para después colocar el corcho en la botella.

Lo estoy, lo que te voy a decir no es nada fácil- Le dio un sorbo al contenido de su copa.

Él se sentó frente a ella y tomo de su copa.

Antes de que me digas algo, quiero pedir disculpas, no tenía porque salir así de tu casa, y sobre todo, por como actué cuando estaba tu amigo en tu casa-

Padres SolterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora