Nos tomó alrededor de diez o quince minutos llegar hasta mi casa.
Surgió una pequeña -diminuta- pelea entre ambos. Él quería entrar por la ventana (como el delincuente que es) y yo (como persona civilizada que soy) quería que entráramos por la ventana. Al final terminé entrando yo por la puerta y Mark esperó a que le abriera la ventana de mi habitación.
El lugar se hallaba vacío (lo que es raro porque mi hermano estaría haciéndola de vago en el sofá frente a la televisión).
Al llegar a mi habitación Mark, sentado en mi cama y con una de mis almohadas, miraba fijamente una caja vacía.
Carraspeé un poco -exageradamente- para llamar su atención.
-¿Por qué mi ventana está rota?- le miré serio, con las manos en la cadera y apoyándome sobre mi pierna izquierda, para enfatizar y darle un je ne sais quoi (no sé qué, pa' los que no sepan francés).
-Ya estaba así cuando la vi, por eso entré- me ignoró olímpicamente dejando la almohada de lado y jugando con la cajita.
Me senté al lado suyo, tomando la almohada y abrazándola.
-¿Crees que ya lo tengan?- pegué más el cojín a mi pecho.
-Probablemente- contestó, aún mirando a través de la caja.
-Y... ¿qué... qué piensas hacer?
-Recuperarlo. Pero antes necesito hacer algo- esta vez sí me estaba mirando.
Tomó mi mentón entre su índice y pulgar, alzó mi cara un poco y no apartó sus ojos de mí por unos segundos. Después se levantó y fue directo al baño.
Regresó a mi lado con un algodón y un parche; creo saber a dónde va esto...
-¡AH!- me quejé cuando puso el pedazo de algodón bañado en alcohol sobre la herida en mi frente.
Me tumbó en la cama poniéndose encima de mí cuando intenté quitar su mano de mi cara. Retiró la motita para voltear hacia la puerta. Por mera curiosidad levanté la cabeza y vi a mi hermanita apuntando con el lente de su cámara en nuestra dirección.
-Oh, mierda. Venía a avisar que ya llegué, pero creo que fue en mal momento. No los interrumpo más. Lo siento, adiós- lentamente se dio la vuelta, cerrando la puerta de la habitación.
-¡Oye, espera, no es lo que parece!- grité desesperado.
-¡SÍ, SEGURO, LO QUE TÚ DIGAS!- respondió desde el otro lado.
Aparté a Mark golpeando uno de sus costados, aunque me preocupó el hecho de que gimiera de agonía cuando lo hice. ¿Acaso por fin golpeo bien?
-Lo lamento, ¿te hice daño?- me incorporé sentándome sobre mis talones.
-Creo que terminaste de romperme las costillas, nada grave- sonrió.
-Diablos, no sabía- mi preocupación aumentó. No sabía si tocarlo o no, o... ¡Agh!
Antes de darme cuenta, me había pegado en la frente el parche que cargaba junto al algodón cuando salió del baño. El golpe que vino acompañado lo sentí como algo personal.
Era gracioso ver que teníamos un parche justo en el mismo lugar.
-¿Vendrás conmigo?- preguntó después de unos momentos en silencio.
-¿Adónde?
-A Narnia- no sé si era sarcasmo, pero por si acaso...
-¿Enserio? ¡Por supuesto que voy!- me senté en la cama casi saltando para lograrlo.
ESTÁS LEYENDO
Adaptaciones MarkBam
DragosteYaoi/Boy's Love a la vista. Si no te gusta aléjate inmediatamente de este lugar. No te atrevas a profanarlo. Sé cómo usar una cuchara en tu contra. © Todos los derechos reservados. Portada hecha por @HanryOpples (Te lo repito: Irás al cielo por buen...