ESTO NO ES RAPUNZEL -Part. 2da.-

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Y aquí estaba yo, esperando a que Mark pasara por esas puertas. ¿Por qué? Ni yo lo sé.

Pasados unos quince minutos –aproximadamente– lo vi entrar, pero dudé al acercarme a él. Como siempre, el castaño dio el primer paso acercándose a mí y rodeado mis hombros con su brazo izquierdo.

JinYoung nos rebasó por un costado ignorándome por completo.

-¿Qué le pasa a tu amigo?- preguntó el mayor, quien también lo había visto.

-A saber. Está así desde ayer que me arrastraste lejos de su presencia- me miró con cara divertida.

Después de esa –para nada larga– conversación, me dejó en el aula para dirigirse él a la suya.

En el descanso tuve la intención de irlo a buscar, pero algo, o mejor dicho alguien, cambió mis planes.

-Oye, el pendiente que traías ayer, ¿dónde lo conseguiste?

-¡Vaya! Que sorpresa. Creí que me ignorabas.

-No. Lamento lo de ayer. He estado teniendo problemas- se disculpó mi compañero-. Pero dime, ¿quién te lo ha dado?

-No sé de qué me hablas- mentí.

-Del pendiente negro que sacaste de tu bolsillo ayer- sonaba ansioso. Temía por lo que el pelinegro estuviese tramando.

-¡Ah! No lo tengo en estos momentos, pero...

-Sólo quiero saber de dónde lo sacaste. Sé que lo has de haber dejado en tu casa. Dímelo, por favor.

-Eh, pues...- no sabía si mentirle o decirle la verdad-. Y-yo... Ugh. Me lo dio Mark, ¿de acuerdo? Se supone que no lo debe de saber nadie, así que, como amigos, te pido que guardes el secreto. Por favor.

Tomé sus manos entre las mías y le miré suplicante.

-BamBam, cariño, quiero que te alejes de él. No tienes la más mínima idea en lo que te estás metiendo...

-¿Y tú sí?

-Supongo que ya te habrá dicho cómo consiguió el pendiente. También que alguien lo quiere de vuelta.

-¿Cómo se puede tener de vuelta algo que nunca fue tuyo en primer lugar?

-Escucha- soltó mis manos para tomar mis hombros-, el chico que quiere el pendiente no es el más razonable. Y por si te preguntas, sí, lo conozco. Por ello quiero que te mantengas al margen.

No encontré las palabras correctas para responder a eso. Aunque no fue necesario, ya que JinYoung salió corriendo del aula hacia quién sabe dónde.

Toda aquella información me descolocó un rato, tanto que no escuché cuando el timbre sonó anunciando el comienzo de otra clase.

Al finalizar las clases no quise ver a nadie. Ni a Mark ni a JinYoung. Decidí irme solo a casa. Pero antes de salir de la escuela observé que alguien se acercaba a mí.

A paso decidido –dando zancadas diría yo– un chico de uno o dos grados mayores se aproximaba. Un pelinegro casi el doble de grande que yo... tal vez no tanto, aunque sí era corpulento.

Y si no mal recordaba era uno de los tipos que habían dejado a Mark hecho... no importa. Lo que importa ahora es que me quite de su camino antes de que me aplaste.

Caminé a paso apresurado de regreso al edificio, cuando me encontré a JinYoung saliendo. Me rodeó con sus brazos deteniendo mi andar acelerado.

-¿A dónde vas?- me miró con extrañez.

Adaptaciones MarkBamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora