—¡El año viejo ya se va!
—¡Y el año nuevo viene ya!
Todos en la mesa llevan las copas a sus bocas dando el primer sorbo a la Champán.
La familia de Frédéric se ha reunido para celebrar y aquello le da algo de tristeza a London, pues su familia solía ser así, grande, pero poco a poco fueron distanciándose y partiendo de este mundo miembros de la misma. Pero de todas maneras no puede cambiar la realidad, su familia se ha reducido, por una u otra razón y aquello es algo que, aunque sea duro, debe de aceptar.
—¿Qué pasa Amor? —el pecoso abraza a la chica acercándose más hacia ella para poder examinarla bien, pero lo que ella hace es sonreír con los labios cerrados.
—No te preocupes, son tonterías que... —la castaña parpadea un par de veces para poder disipar las lágrimas que se aproximaban— ... en este nuevo año se van a quedar en el olvido.
El pecoso la conoce lo suficiente para saber que aquello que ha dicho va a ser un hecho, por lo cual sonríe y besa su frente para dirigirse hacia su padre, quién acaba de llamarlo.
Mientras London mira a su alrededor, notando que los ojos verdes y azules dominan en aquella familia, se acerca la dueña de la casa con su hijo en brazos.
—Lo sé, una familia grande —dice con una sonrisa mientras el niño toma uno de los cabellos de su madre entre sus manitos—. Milán cariño, suelta el cabello de Mami —London no sabe si le está ordenando o regañando al pequeño, puesto que se dirige a él con una voz tan suave que la confunde—. En fin, a pesar de que te conozco desde hace unos horas, me pareces agradable... y más una estadounidense que una londinense.
—Sí, tomé más los rasgos de mamá, que es de Estados Unidos —explica London.
—Bien, chica americana-inglesa, mi primo utilizó las notas para conquistarte, ¿verdad? —London asintió— ¡Ja! Y fue el primero en decir que era ridículo —rueda los ojos mientras sonríe y mece al bebé que se mueve incómodo en sus brazos. London lo observa con dulzura—. ¿Quieres cargarlo? —musita Paris, la castaña extiende coloca la copa en la mesa y extiende sus brazos para poder tomarlo, su madre lo pone en sus brazos.
London le hecha un vistazo y puede ver que aquél bebé es el vivo retrato de su padre; nariz respingada, labios delgados y ojos sumamente azules, son los rasgos que no debe comparar con los de su padre pues son iguales. Lo único que pudo sacar de su madre parece ser el cabello que es castaño. Inevitablemente sonríe cuando el pequeño aprieta su dedo para tratar de meterlo a su boca.
Por otro lado, el pecoso solo observa desde lejos como su novia juega con su primo de apenas siete meses, Milán. Pero está vez no piensa que a quién carga es su primo, sino a su hijo, esto solo le hace estirar sus labios en una sonrisa, a pesar de que por ahora no quiere hijos, le es inevitable ver a London como la madre de sus hijos mientras mece a Milán.
—Se ve que es una buena chica —le susurra el esposo de su prima mientras pone una mano en su hombro y lo zarandea un poco.
—Por supuesto, es mi novia —alardea el pecoso provocándole una sonrisa a su amigo.
—Nunca cambias, Pecas. —Alaric niega con la cabeza.
—Pero ella me quiere así —Frédéric se encoge de hombros—, y eso es lo único que me importa.
—Porque es verdad —especula el oji-azul—. Somos hombres. Hombres que amamos a nuestra pareja, por ello lo que más nos importan son ellas, pero eso no debe afectarnos a nosotros mismos —se encoge de hombros—. Yo cometí ese error una vez. No digo que ella sea igual, solo... —suspira— no pierdas la cabeza por el amor.
—Lo sé, y lo entiendo, Al —el oji-verde le sonríe a su amigo para mirar hacia su novia quien ahora mismo agita la mano del pequeño en un saludo, el cual devuelve.
—Me agrada mi nueva nuera. —A su lado aparece un hombre, algo mayor, con ojos del mismo color que los suyos. El hombre que le dio la vida, Christopher Miller—. La verdad, creo que a todos nos agradó —sonríe hacia él—. Así que no la dejes ir —le advierte su padre con rostro serio para finalmente reírse, pues aunque diga lo que diga, esa es la decisión de su hijo. Pero nada se pierde "aconsejando" a su hijo.
—Sé porque la elegiste. —Una chica con ojos marrones, cabello púrpura y pecas no tan resaltantes como Frédéric, aparece a su lado—. Con ese trasero, cualquier hombre la escogería.
El pecoso solo ríe ante el insinuante comentario de su media hermana; desde hace un tiempo le gusta jugar con sus palabras... y su sexualidad, pero él prefiere dejar aquel asunto por la paz, pues sabe que le gustan demasiado los hombres como para batear hacia el otro lado.
—Bien familia —la voz de Paris sobresale en la multitud— solo queda le queda tres minutos a este año, y no creo que quieran recibirlo adentro, por lo que saldremos al patio para lanzar las... —hace una pausa para después soltar con energía— ¡Linternas flotantes!
Todos salen hacia el patio trasero en donde se encuentran linternas atadas en lo que parece ser una estaca, Paris las desata a medida que las va entregando a cada pareja.
Mientras están en la cuenta regresiva, London y Frédéric deciden decir las últimas palabras del año.
—Sabes, este año me han pasado cosas malas —habla el pecoso.
—Ah sí, ¿cómo qué? —London voltea la vista de la linterna hacia su novio.
—Como que vomité encima de Lizzie, te ensucié de helado, me golpeaste por pizza... —London vuelve a golpearlo suavemente— y ahora —añade mientras acaricia su hombro—, en fin hice el ridículo varias veces, pero ha valido la pena porque te tengo aquí aquí conmigo. Y aunque solo llevamos cinco meses juntos —entrelaza una de sus manos con la de su novia— quiero decirte que espero que logremos estar juntos, muchos treinta y uno de diciembre.
—Aunque todo lo que mencionaste que fue "malo" —despega la mano de la de su novio, pues la otra sostiene la linterna, para hacer comillas con sus dedos—, para mí no lo fue, porque me reí mucho con todo eso. —El pecoso solo rueda los ojos— Pero sí, ojalá pueda pasar muchos treinta y uno de diciembre contigo, a las 23:59.
London se acerca hasta Frédéric para poder estampar sus labios en los suyos, mientras las voces que hacen la cuenta regresiva se van alejando cada vez más, pero puede escucharlo suficiente como para soltar la linterna mientras todo el mundo grita—: ¡Feliz año nuevo!
Otro año en el que London y Big B. están juntos, pero esta vez, no como Big B., sino como Frédéric.
De ahí en adelante todos tomaron direcciones distintas, algunos fueron hacia la sala, otros se quedaron en la piscina, y otros, entre ellos Frédéric y London, decidieron quitarse el frío, por lo que fueron hacia las habitaciones.
No daré detalles de lo que hicieron pero se puede decir que la ropa era una molestia. Una que poco a poco se fueron quitando de encima.
¿Qué puedo decir? Es año nuevo después de todo.
Hay que gozarlo.
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¡Primer día del año!
Bueno, otra historia terminada. Y la sorpresa era...
El fin de esta historia y... ¡La publicación de New York! 🙌❤
También iba a hacer un especial de Paris, pero por ahora no hay inspiración. Será antes de que se acabe el año, I promise.✋
Hugs n' Kisses,
Lissy.P.D.: Happy New Year 🎉🎊😘❤🙌🍻
P.D. 2: Milán nació 😍😍😍
Psst..
SPOILER:
Sobre eso será el especial de París. 😴 👋👋👋
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London
Short StoryTú eres londinense. Y yo estadounidense. Tú tienes pelo negro. Y yo castaño. Te acabas de mudar. Y yo te acabo de escribir. ¡Bienvenida London! >>>>>>>>>>>> Historia Original © Puesto #702 en Historia Corta 29/11/15✔ Puesto #682 en Historia Corta 3...