"Veamos esta situación", dije para mí mismo; Lizbeth salió casi corriendo del lugar por lo cual les dije a Everet y Biaggio que la sigan.¡No puedo creer que le causara asco! No entiendo su ataque de furia y no creo que sea por celos, después de todo no he querido que se enamorara de mi.
- Hijo, debes dejar de ser tan prepotente con ella- dijo Sayen apareciendo por detrás de la barra del desayunador donde yo me encontraba sentado- A veces estas cosas suceden por algo.
- Madre, yo no estoy enamorado de ella y tampoco está viva por lo que pueda sentir...- interrumpió mi monólogo con un carraspeo.
- Aún así, está aquí y su presencia hace que te comportes diferente- dijo y salió de la habitación; antes de cerrar la puerta me observó- Debes dejarte querer Keitan, no todo en la vida es sangre y poder.
- Nunca dejaría que una humana tomara posesión de lo único que es cien por ciento mio- le grité y tiré al suelo el desayuno de Lizbeth.
"Debes dejarte querer" se repetía en mi mente una y otra vez; pero yo no necesitaba ser querido, yo estoy bien así. Soy todo lo que quise ser desde niño. Augusto, mi padre me hizo así: fuerte y dominante, tanto así que su última prueba fue que pudiera matarlo y lo hice.
Me levanté de la banqueta y fui a la habitación de Lizbeth, por algún motivo sentir su aroma lograba relajarme. La puerta del baño estaba abierta y una sonrisa burlona se dibujó en mi rostro al recordar su cuerpo envuelto en esa delgada toalla. "Esa pequeña saca lo peor de ti", me dijo mi hermana luego de ver cómo la dejé casi seca.
¿Podía ser que un poco de su sangre me volviera tan loco que me hace mas cuerdo? Años atrás la hubiera desangrado completamente en el primer momento que la vi, ahora...la tengo viva y haciendo escenas tontas. "Su sangre es malditamente buena", pensé y me relamí los labios, como si eso fuera justificativo para que ella estuviera viva.
Oí la puerta abrirse y a alguien entrar a todo humo , me paré de donde estaba y casi coco con una Lizbeth completamente roja de furia, al verme se tensó y empezó a retroceder mientras mis ojos no dejaban de incrustarse en los suyos.
- Kei...Keit...Keitan- tragó duro al ver que no tenía escapatoria-¿Qué hacías en mi cuarto?- se removía incomoda mientras ponía mis manos a sus costados, frenando sus posibles escapes.
-¿No te dijeron, Sweetheart, que dejar a alguien con la palabra en la boca es de mala educación?- acerqué mi rostro a su yugular y aspiré tan fuerte que el aroma casi me noquea, subí mi vista hacia sus ojos y ví su miedo por lo que me acerqué a su rostro y tomé sus labios tan suave como mi instinto me lo permitió, con delicadeza mis manos tomaron su rostro y ella se relajó por completo- ¿Sweetheart, podrías decirle a tu corazón que se comporte?- ella se ruborizó por completo y yo reí, en verdad su corazón se había desbocado. Pero, no vi venir su cachetada, es más, no me la esperaba.
- Eso por robarme un beso, no es necesario que juegues con la comida- dijo entrando a su habitación- Eso también es de mala educación- sonreí de lado y empecé a intentar tranquilizarme, por como yo estaba podría quebrarle el cuello.
- Liz, Liz, Liz- entré al cuarto cerrando la perta tras de mí, negando con mi cabeza me apoyé en la puerta ya cerrada- No deberías abusar de mis buenos modales- cuando me oyó se quedó petrificada, me acerqué por detras rosando con mi nariz su nuca- No parecía haberte molestado tanto el beso, pensé que era una buena forma de compensarte tus celos, terrón de azúcar.
- Yo...Yo...No era necesario que me beses- dijo y su pulso se aceleró una vez más.
- Pequeña princesa, sólo intenté portarme bien contigo- me reí por lo bajo y su piel se erizó, ya que yo seguía en su nuca- Tu lo has querido, Sweetheart- clavé mis colmillos en su piel y su sabor enloquecedor inundó mi boca, era algo fuera de lo común sentir ese sabor tan único. Sentí como ella perdía fuerzas y la abracé para cargar su peso, hasta que de su boca salió un suspiro.
- Eres encantador, Sirhan- y se desplomó en mis brazos, la arrojé a su cama. No podía quedarme aquí porque simplemente la mataría. Salí de la habitación.
-¡Maldito perro!¡Maldita humana inútil!- grité mientras revolvía mi cabello, esto se estaba descontrolando y a mi no me agrada el descontrol-¡Kimberly!- ella no aparecía- ¡Kimberly, maldita seas, aparece de una buena vez!- grité a todo pulmón, tanto así que todo el hotel habrá escuchado.
-¿Qué te pasa, desquiciado?- entró riendo hasta que se topó con mi rostro ensombrecido.
- Ve a cuidar a la basura humana antes que drene el último aliento de vida de su maldito cuerpo. La muy zorra está tentando su suerte-sin dejar que me conteste salí de allí inmediatamente.
Estaba por entrar a mi habitación cuando alguien toca mi hombro; me vuelvo con prepotencia y mi mejor cara de poker.
- Tengo noticias para usted, líder Keitan- dijo Awka con una leve reverencia.
- Este no es un momento oportuno- dije siguiendo mi camino.
- Creo que entonces no le molestará saber que Anaïs no es la única que visita por las noches este hotel- dijo sonriendo oscuramente.
- Ok, pasa a mi oficina- hice seña que pasara, abriendole la puerta. Ambos pagarán por esto.
FELIZ AÑO NUEVOOOO... Capitulo para estrenar el 2017. Besos!
ESTÁS LEYENDO
K.~
VampiriParís, luego de una tercera guerra mundial... Lizbeth espera llegar a un sitio seguro. Su normalidad da un giro de 360 grados, hay pocos lugares donde ir dentro de un hotel lleno de seres sobrenaturales. ¿Podrá amoldarse? ¿O será la presa del gran d...