Muerte - Parte 1.

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Los gritos que provenían de la entrada advirtieron a Yvaine Lindberg a los demás. Algo estaba ocurriendo y ella debía saber que era.

-¡Vamos!- gritó Danielle Van Der Vaart, poniendose de pie al instante en el que se oyó el segundo 'Puta'.

Yvaine Lindberg sospechaba que algo andaba mal, por lo que no dudó al girar a la cocina y tomar un cuchillo, uno de los más grandes que encontró. Lo tomó a manera defensiva, no dudaría en atacar a quien sea que se lanzara sobre ella o sus amigos. La defensa personal era algo que Yvaine Lindberg había aprendido en su natal Estocolmo, en Suecia.

Su padre, Viktor Lindberg, había sido durante su juventud un boxeador de renombre en el mundo deportivo sueco, por eso es que deseaba tener un varón, el que continuara con el prestigioso apellido Lindberg en el pugilismo. El problema fue, que en vez de tener un varón, tuvo a gemelas, Yvaine y Sophia. Viktor Lindberg se sintió ligeramente decepcionado, pues no existía una categoría para féminas en campeonatos mundiales. En 1970, el boxeo fue prohibido en Suecia, por lo que Viktor Lindberg renunció a su sueño de ver a una futura campeona mundial femenina

Con el tiempo, Yvaine Lindberg fue mostrando interés en el boxeo, y su padre vio en ella una oportunidad para continuar su legado. En cambio, su hermana Sophia, a pesar de ser físicamente igual a ella, no mostraba el mínimo interés en andar golpeando personas, sino que demostró ser buena en el baile.

Yvaine Lindberg asistía al gimnasio donde su padre entrenaba a menudo. A pesar de ya haber renunciado al boxeo profesional, Viktor Lindberg asistía continuamente a un pequeño gimnasio en la isla de Södermalm, y cuando las clases de primaria se lo permitían, Yvaine asistía con él.

Cuando Yvaine Lindberg contaba con diecisiete años, se graduó con honores del colegio. Sus padres estaban tan orgullosos de ella que le compraron un auto último modelo. La familia Lindberg era adinerada, así que no se medían en lujos cuando se lo proponían. Sophia se unió a una compañía de ballet en Gamla Stan, e Yvaine continuó asistiendo al gimnasio, donde se entrenó en diversos tipos de artes marciales, desde el karate hasta el judo. Al año siguiente, a los dieciocho, asesinaron al primer ministro de Suecia, Olof Palme, por lo que sus padres, en especial su madre, que estaba involucrada activamente en la política, se vieron obligados a salir de su amado Estocolmo y llegar a los Estados Unidos, a una ciudad extraña para ellos llamada Boston.

Los Lindberg, a diferencia de la mayoría de los extranjeros, sabían hablar inglés perfectamente, a excepción de un marcado acento sueco que jamás abandonaron. Apenas lograron establecerse, lo que ocurrió realmente rápido, gracias a los ahorros que poseían, Yvaine decidió, después de investigar acerca de universidades que tuvieran un excelente sistema educativo en ciencias, que quería estudiar medicina en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Sus padres aceptaron, encantados.

En el primer año de su carrera, Yvaine Lindberg fue asediada por cientos de chicos de la universidad. Su cabello tan rubio que tiraba a blanco y sus ojos azules la hacían parecer una ninfa, un personaje salido de los cuentos. Era la nueva belleza exótica, según ella misma había oído decir a una de sus compañeras, una chica morena de ojos grises llamada Danielle Van Der Vaart.

Durante dos meses, Yvaine Lindberg vivió en las residencias de la universidad, hasta que un buen día Danielle Van Der Vaart le comentó la idea de comprar una casa preciosa que estaban vendiendo fuera del campus, a unas seis calles de la universidad. Ella de inmediato accedió. El tener casi su propio hogar la resultaba gratificante a Yvaine, además de tener una habitación para ella sola.

Desde ese entonces, Yvaine Lindberg y Danielle Van Der Vaart se hicieron amigas. Tenían ciertas cosas en común, como su ascendencia europea, ambas calzaban la misma talla de zapatos y habían nacido con cinco días de diferencia, aunque en años diferentes. Yvaine era un año menor que el resto del grupo, pero no lo aparentaba. Sus extrañamente grandes atributos la hacían ver incluso mayor que los demás. Yvaine decía que se debía porque desde niña practicaba boxeo, lo que hizo que incluso más chicos se fijaran en ella. Una rubia sueca que boxea, súper sexy.

Vrykolakas: La Venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora