Madrugada.

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En la puerta de entrada de una modesta casa de dos pisos, un encuentro de otro mundo se llevaba a cabo. Desde adentro de la casa, un hombre moreno de mediana edad apuntaba un arma a la cabeza de otro hombre más joven, pálido y de mirada vacía. El pulso del hombre mayor era limpio, no temblaba en lo absoluto mientras le puntaba directo entre las cejas. Igual ocurría con el más joven, pero en este caso no ers solo su pulso, sino el cuerpo entero que no temblaba al estar tan cerca de un arma, como si no tuviese miedo de morir.

En efecto, era de ese modo, pues el más joven era algo que era casi imposible de asesinar, algo que ni en los sueños más remotos del viejo detective Samuel Moore había existido hasta aquella madrugada de junio. Ese hombre joven era nada menos que un vampiro, y había visitado al detective por una razón aún más siniestra.

-¿¡Un vampiro!? ¿¡ Acaso estás bromeando!?- exclamó el detective con voz firme y agresiva, sin bajar en ningún momento el arma. Aunque él no creía en esas tonterís sobrenaturales, sabía que ese chico no era humano. No podía serlo jamás, pues él mismo lo había visto muerto, bañado en sangre, sin cabeza.

-Piense bien en lo que dice, detective. ¿De qué otra forma estaría aquí?- preguntó Benjamin Preston, sin alguna expresión en el rostro.

Según el artículo del periódico en el que aparecía la noticia de sus asesinato, Benjamin había descubierto que el detective Samuel Moore fue quién acudió a la escena del crimen. Justo en ese momento, supo que sólo él podía ayudarlo, ya que Vanessa se había negado. Pero ese había sido un contratiempo menor.

Ahora que era un vampiro, no hacía mucha falta el aprender a luchar con precisión. Benjamin era mucho más fuerte que una persona, y por mucho más rápido. Dspués de pensar en ello, se había sentido como estúpido al acudir a Vanessa. Él solo podría deshacerse de esos desgraciados asesinos. El detalle estaba en saber cómo encontrarlos, y un policía era el más indicado para ayudarlo, incluyendo el hecho de que había sido el mismo que había atendido el caso.

No tenía idea de cómo habían llegado a la residencia, y el por qué justamente a ellos les había tocado una noche tan terrible. Ni sabía el por qué los habían asesinado tan brutalmente. Benjamin era consciente que en el mundo habían muchas personas malvadas, psicópatas, asesinos en serie; pero jamás se imaginó que él mismo y sus amigos serían víctimas de una masacre.

-¿Es en serio? ¿Un... Un vampiro?- preguntó con incredulidad el detective. Benjamin Preston asintió.

Samuel Moore bajó la guardia. No tenía lógica el asunto, pero estaba viendo frente a él a un vampiro de carne y hueso, uno real. Esas criaturas de cuentos de terror, habitantes de la noche y bebedores de sangre humana. No podía creer que existieran en realidad. 

-Detective, le sugiero que me crea. Llevamos más de una hora de pie en la entrada de su casa, y como supongo que sabrá, no puedo quedarme mucho tiempo. ¿Puedo entrar?- dijo Benjamin, mirando como el arma iba descendiendo ligeramente. Le había creído. Fue cuando, de manera imprevista, un sonido estrepitoso seguido de un dolor punzante en el pecho sorprendió a Benjamin, haciéndole abrir los ojos como platos.

El detective Samuel Moore no era ingenuo, por eso decidió apretar el gatillo. Si era cierto lo que estaba frente a él, no moriría. Sabía que de no ser así, habría cometido algo ilegal y tendría que ir a prisión. Pero algo dentro de él le decía que tenía que confirmar que lo que veía no era producto del sueño. Se sorprendió cuando Benjamin sólo se sorprendió por el impacto, más no cayó al suelo.

-¿Quería estar seguro, detective?- preguntó el vampiro, tosiendo un poco y botando un hilo de sangre por la boca. Estaba herido, pero la bala no tardó en salir de su cuerpo, tal como si fuese expulsada. Sintió como iba sanando a medida que los segundos transcurrían. El efecto era más rápido gracias a haberse alimentado unas pocas horas antes. Se acercó a la puerta con la intención de entrar a la fuerza, pero una energía muy poderosa lo expulsó de manera violenta al exterior.

Vrykolakas: La Venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora