La brillance des feuilles

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Los días lluviosos habían acabado o eso al menos se presagiaba, habia amanecido soleado y con una leve brisa. El castaño se encontraba en su cama, soñando despierto, feliz de tener un lugar que lo resguardara de lluvias, vientos y hasta del mismo sol, feliz porque las personas que habia encontrado eran tan amables que le dieron una suave cama y a eso le agregaba que tenia su frasco con algunos "caramelos", la vida para el menor no podía marchar de mejor manera, o eso pensaba el.

-No deberías estar acostado, de flojo y menos feliz, no cuando tienes pocos caramelos, a este paso tardaras mas de 1000 años  llenar ese frasco... te quedaras aquí casi una eternidad- le reprendió el peluche algo molesto, pues el menor habia despertado con una vena un tanto despreocupada.

-¡Eso no importa Logan!, lo importante es que lo lograre,  aun si me tardo mil años- le respondió sonriente y animado, no importaba cuanto tiempo tardara, el haría todo por cumplir esa misión y realizar su deseo.

 -¿Me estas diciendo que tengo que soportarte mil años mas?- pregunto aun mas enojado apenas escucho al menor, el no podía estar en ese cuerpo 1000 años y menos siguiendo a alguien tan problemático como Charles, el tenia una vida antes y la quería recuperar.

Charles vio a Logan, su rostro se veía muy enfadado, o se levantaba e iba a curar corazones  o se quedaba en casa y el lobo lo arañaba y quemaba, la primera opción se oía mucho mas tentadora y confortable, ademas de que esa no le dejaría con heridas físicas. Por lo que agarro su bolsa con Logan adentro y salio del cuarto sin rumbo fijo. 

-¿Si sabes lo que tienes que hacer?- pregunto el peluche al ver el camino que estaban tomando Charles, no era lo que esperaba, pero al menos en la calle podría encontrarse a mas personas que en un cuarto, aunque por como era el chico sospechaba que saldría lo mismo: no haría nada productivo ese día, ni al otro.

-Necesito sanar los corazones heridos para conseguir mas caramelos- 

"al menos eso no se le ha olvidado"- pensó el peluche, pensamiento que fue borrado al ver como el menor empezaba a distraerse con las aves cantando, con el roció de la mañana y con el olor de las flores... admitía que el día era muy hermoso y digno de admirar y eso haría en otra situación, si no fuera porque tenia cosas mas importantes que hacer.

-Solo te levantaste temprano para ir a flojear a la calle, ¿no es así?- le cuestiono cuando se percato que estaban tomando el camino mas solitario y el mas largo para llegar al preescolar.

-No es así, me levante temprano para aprovechar el día  y cumplir mi meta- le respondió con convicción- ¡Mira Logan!, hay un bonito camino por allá- el chico corrió por el camino, dejando su gran convicción y meta atrás.

El camino que habia visto, resulto ser mas bonito de lo que creyó, habia una hermosa iglesia y estaba rodeado por muchos arboles y flores, el paisaje era muy maravillo, lastima que era el único que pensaba eso, ya que Logan parecía cada vez mas enojado conforme caminaba por los arboles. Su mente decidió olvidarse un rato de la cara malhumorada de Logan para centrarse a su al rededor y fue cuando vio algo fuera de lo común, a un chico rubio viendo detenidamente las hojas de los arboles.

-Que persona tan hermosa- dijo sin pensar Charles , Logan lo miro confundido, pero al ver que Charles no despegaba su mirada de enfrente, siguió la trayectoria de sus ojo para ver lo mismo que el.  

Fue hasta que vio lagrimas correr por los ojos de aquella persona, que se salio de su ensoñación y decidió acercarse. La persona al notar la presencia del chico seco sus lagrimas

-Porque estabas llorando?- pregunto preocupado el menor.

-Lo mismo me pregunto- Charles lo vio confuso- ¿tal vez porque el paisaje es hermoso?- se cuestiono la persona mirando otra vez el árbol y sus hojas, por las cuales pasaban algunos rayos del sol. 

XavierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora