De niños nos enseñan que el amor es sentir mariposas, querer casarse y vivir un final feliz. Pero no es así, es peor.
Cuando lo vez, sabes que todo estará mejor. Automáticamente nuestro cerebro lo relaciona a el como "droga". Nos sentimos bien a su lado. Nos sentimos satisfechos. Podemos decirle cualquier estupidez que se nos ocurra a esa persona y el solo se reirá junto a ti, sin juzgarte ni criticarte.
De noche le pedirás que te abrace, que no te deje sola. Sientes que si no lo tienes cerca en cualquier momento te morirás. Le pedirás que te cante tus canciones favoritas porque no soportas la versión original, tienes que escuchar la versión con su voz.
Te pierdes en sus ojos, no dejas de mirarlos. Te pierdes en su rostro. En sus pecas en forma de galaxia, la cual quisieras recorrer a besos. Te pierdes en sus labios carnosos y jugosos, que quisieras morderlos y besarlos hasta que empezaran a sangrar.
Lo necesitas, no te importa si el a ti tal vez no pero tu si lo necesitas a el. El se ha convertido en parte de ti.
Su aroma se ha convertido en tu oxigeno, su mirada se ha convertido en tu pulso, su piel se convertido en tu refugio. Lo necesitas ya y ahora. No importa lo que harás para obtenerlo, lo harás solo por el.
Eso fue lo que las películas y nuestros padres no nos advirtieron.
Que "Amor" es sinónimo de "Adicción"
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Marcy: De todo un poco.
Random¡Hola!, bienvenidos a el cerebro de Marcella o Marcy como prefiere que le llamen. Tengan este folleto con las atracciones disponibles, tenemos desde el tobogán de los recuerdos hasta la montaña rusa de experiencias, esta última no es recomendable pa...