12. ¿Amenaza?

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ADAM

—¡No lo puedo creer Alex! ¡Clyo seguirá hablando con Evan! ¿Porque simplemente no puede entender que tiene que alejarse de el?

—No le das los motivos suficientes para que deje de hacerlo.

—¿Ver a un prefecto en carreras ilegales no es suficiente?

—Mmm no lo creo.

—¿Y que tengo que decir? Esa chica es un imán de problemas no sabe lo que le espera al estar cerca de Evan.

—¡Pero que torpe soy! ¡Esa chica te gusta! ¡Estas celoso Rochester!—mire rápidamente a Alex

—¡No estoy celoso! estoy harto de que Evan dañe a todas las personas que están a mi alrededor, tu y yo sabemos lo que paso hace tres años, incluso me preocupo por Matt pero se ve que el no le tiene confianza, tu deberías preocuparte por Annie te eh visto muy cerca de ella, también podría salir lastimada.

—Que ni siquiera lo piense o voy a destruirlo, esta bien no estas celoso pero no puedes negarlo, te gusta.

—A ti te gusta Annie—lo mire con mi cara perversa—Y lo negare pues no me gusta.

—Tal vez y se que te gusta, lo se. Vamos al restaurante tengo hambre.

—Ya cállate King, vamos.—Alguien toco la puerta y corrí a abrir sin ver quien era.

—¡Oh! Vamos tan solo son las 10 de la mañana y de solo ver tu cara ya arruinaste mi día ¿que quieres Evan?—dije recargándome sobre el umbral de la puerta.

—Necesito hablar contigo, vamos a mi habitación.

—¿Que te hace pensar que iré contigo?

—Es acerca de Clyo.—Con solo escuchar el nombre de Clyo fue suficiente para convencerme.

—Bien.—caminé por el pasillo atrás de Evan hasta que llegamos a su habitación, me senté en una silla giratoria que vi cerca, recargue mi espalda y cuello en esta.

—¿De que quieres hablar?—lo mire hacia arriba ya que el seguia parado.

—Ayer vi a Matt en la carrera lo vi correr con una chica y estoy seguro que era Clyo, ¿crees que nos vio?

—Hable con ella en la mañana, ella lo sabe, ella era la Diosa.—Evan se quedo con la boca abierta. 

—¿Y?

—¿Como que "y"? A ella no le interesa le dio igual.

—¿Enserio?—el sonrió, ¿porque demonios sonreía?

—Si, enserio, pero solo te diré una cosa mas—me pare de la silla y toque su pecho con el dedo indice —Aléjate de ella.

—¿Acaso eso fue una amenaza? 

—Tómalo como quieras. ¿No voy a dejar que la lastimes, entiendes? no volverás a lastimar a nadie mas.—Salí de la habitación y camine sin rumbo.

Verano Desastroso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora