Prométeme©

capitulo 6

Miguel Lorgan Sandoval

Abrí mis ojos muy despacio y lo primero que pude ver es el techo blanco de mi dormitorio, los rayos de sol invadía mi territorio, dejando pequeños rayos de sol por mi pecho, esa sensación me encantaba, me encantaba estar bajo el sol, sentir el calor que invade en mi piel, esa sensación placentero y creo que soy el único que siente tal cosas, paso mi mano por el pelo, sentí algo pequeño pero suave en mi abdomen y levante levemente las sabanas, me encontrando con unas manos emblanquecidas fui siguiendo hasta donde me llevaría esas linda manos que estaban reposadas mas que abajo de mi ombligo, a mi lado tenia una chica, una chica rubia solo en ropa interior, su rostro estaba tapado por sus pelos rubios, mi curiosidad era tanta que destape su rostro, la verdad no me acordaba bien lo de anoche, y de pronto como flash black, me acorde de que era Laila, unos minutos la quede mirando, era tan hermosa, me encantaba cuando se ponía roja de vergüenza delante de mi, cuando se mordía los labios cuando trabaja, y esos ojos cuando me mira, as veces pienso que puede verme el alma. me aparto lentamente para no despertarla, voy hasta mi vestidor y me visto con un chándal, hoy me toca ir al gimnasio un poco, miro el reloj y son las siete y cuarenta.

Miro nuevamente a Laila quien ahora estaba destapada casi por completo, la quede mirando no se por cuando tiempo, pero que me pareció horas, su cuerpo estaba marcado con varios moratones, ayer al desvestir la no tenia tan marcados, pero hoy ya se nota mucho mas, aun mas en su barriga plana, donde creo que llevo mas patadas, si fue eso claro, pero por lo que llevo de experiencia en moratones puedo confirmarlo que si, eran de patadas, me acerque al cuerpo estirado de Laila y la observe un poco mas antes de cubrirla con las sabanas, su cuerpo era perfecto, perfecto para mi, desde que la vi, me dejo sin palabras, su rostro era de un ángel en persona y su cuerpo cubierto con tanta ropa - que por cierto tengo que cambiarla sus gustos de vestir. - se ve que tiene un corazón puro, y eso me confirmo cuando me dijo de sus padres, aunque ya sabia de eso, siempre que contrato alguien, investigo bien, para que después no llevar unas cuantas decepciones con Maisa, fue un error mio contratar a ella, solo porque su padre es unos mis mejores compradores, y me pidió un favor, un favor que me esta saliendo muy caro.

Cubro el cuerpo de Laila con mucho cuidado y salgo del dormitorio. Al salir me encuentro con tres bolsas de chanel, con algunas ropas para ella, entro y dejo en el escritorio, bajo las escaleras y no entro a Cecilia, la verdad me siento aliviado por no encontrarla, va a querer saber porque Laila esta aquí conmigo, y la verdad ni se, podría haber llevado a un hotel o su piso, pero preferí traerla aquí, no confío mucho en quien la había echo daño, podría buscarla, no se.

Entro en la cocina, busco las tazas , "demonios no se donde estas" - me rasco la nuca - abro puerta y tras puerta y nada de encontrar las putas tazas, ya estoy poniendo nervioso con eso, " aquí esta" digo en voz alta, por fin lo encontré, pongo zumo de naranja y dos pastillas, veo un papel en blanco sobre la mesa, no lo dudo en cogerlo y escribo:

Buenos Días

tómalo te sentirá bien.

Sobre mi escritorio a tu izquierda tiene ropa limpia y algunas cosas necesarias.

bájate cuando esté lista.

Miguel

Subo las cosas hasta mi dormitorio, pongo sobre la mesilla de noche, y salgo de allí sin antes verla nuevamente, se ve tan angelical y... sexy.

Laila Mount Grey

Me desperté de golpe... Me estaba asfixiando, tuve un sueño horrible, donde Martín me pegaba, me quería hacer daño, antes era solo insultos, otros me trataba con una chica especial, siempre pendiente de mi, me trataba no se... ¿Como hermana? pero con unos meses atrás ya era mas cabrón, me echa encima bebida, cuando iba de vestido o con alguna camiseta blanca, solo para vea mis tetas, " que asco " me da asco pensar en esas cosas, cuando me voy levantar miro a mi alrededor, donde estoy, esa no es mi dormitorio, ¿donde estoy?