Miguel Lorgan SandovalMe despierto y estoy solo en la cama, suspiro aliviado, no quería que Laila pensara mal de mí ya en el primer día, no sé, pero me importa lo que ella puede pensar de mí. pero estoy aquí, sentado con las manos en la cabeza, muriendo de dolor de cabeza para decir la verdad, me levanto y voy por mi ropa que se encuentra en el suelo, observo que la habitación hay varios objetos caídos, dos zapatos de mujer en la puerta de entrada, me giro muy rápido al escuchar que la puerta, «supongo que es del baño» se abre.
Mis ojos se encuentran con los ojos de Laila, tiene una especie de Toalla envuelta como regalo en su cabeza. la verdad no sé cómo lo hacen eso, pero bueno, su cuerpo pequeño esta envuelta en una toalla blanca, tiene las Mejillas como tomates y se ve tan tierna así, eso confirma que le pongo nerviosa, la intimido, y eso me gusta.
«Que Digo, es mi secretaria»
Laila sale corriendo hacia el baño nuevamente, pero sus pies están mojados, veo muy lentamente su caída, en un rápido movimiento me acerco hacia a ella, pero me paro en seco, creo que me enamore por ese cuerpo, el culo de Laila esta al todo aire, me echo hacia atrás, ella al verse, se levanta y sale corriendo al baño y se cierra.
— ¿Te puedo decir algo señorita Grey?
— Eh... Depende el qué señor Lorgan. — Dice al otro lado de la puerta, se escucha que esta nerviosa.
— Tiene usted un culo espectacular. — no responde. — cámbiate rápido, tenemos que desayunar.
— V-vale... Voy.
(...)
Unas horas después, estábamos en el aparcamiento del hotel, busque mi chófer con la mirada, cuando lo encontré, guie a Laila hasta el coche, Osca, el chófer nos abrió la puerta trasera y entramos en él. Pasamos todo el tiempo en silencio, era incómodo, porque hace unas horas lo que paso fue algo, inesperado por así decirlo. en el desayuno hablamos de muchas cosas, pero claro que era de trabajo, cuando preguntaba por su familia, su cabeza cabizbajo me delataba que no le gusta hablar sobre eso, y la verdad la entiendo perfectamente. tampoco me gusta hablar sobre mi pasado. Bajamos del coche y caminamos hasta llegar dentro del club.
Si.
Llamé a Laila para venir al club Sensación, porque no puede estar todo el tiempo en el dormitorio o siempre trabajando, hay que disfrutar de estas visitas maravillosas que solo el Caribe nos puede dar. Me recuerdo la cara de Laila cuando dije que teníamos que compartir habitación, porque el hotel ya estaba completo.
flash Black de algunas horas atrás
— No señor no tenemos habitaciones libres.
— Ninguna?
— Espera... — unos segundos después la chica — No, no tenemos.
— Pero si mi secretaria reservó dos... dos dormitorios señorita, que falta de responsabilidad es esa del hotel. — digo dignado y sin despedirme de la chica, voy hacia al dormitorio y ahora como voy a decir eso a Laila, no tengo ni idea de como va a reaccionar. «rasca la nuca»
Estaba en la puerta 0708, de un lado al otro, no tengo ni idea de como empezar, Laila me matará, eso tengo seguro, como le digo «Oye vamos soy tu compañero de cuarto» no... «Laila te tengo que decir algo, estaremos en el mismo dormitorio» no patético, «Laila, el hotel esta completo y tengo que» mierda, mierda y más mierda. eso es patético. tengo que hablar con ella, tiene que ser sencillo y rápido.
Tiemblo la mano izquierda, por primera vez tengo miedo de una mujer después de tantos años, toco el timbre y la puerta no tarde en abrirse, Laila esta hermosa con ese vestido florado, ajustado en el cuerpo y hasta encima de las rodillas, su pelo esta en su rostro, por culpa del viento que entra desde la puerta abierta, veo que Laila me Sonrió, pero que enseguida se gira y se va. se sienta en la hamaca y luego se lleva los pies, quedando completamente tumbada sobre él.
— Que... ¿Ya resolviste eso de las habitaciones? — dijo sin mirarme
— Ams de eso quería hablarte. — me siento en una de las sillas delante de Laila — El hotel esta completó. — digo todo muy rápido. Laila al escuchar se gira muy rápido para mirarme, pero al hacerlo se cae, yo me levanto y me encuentro con sus ojos.
— Que? no. no. No... no puede ser. — dijo apartándose de mí.
— Lo siento, pero no tenemos otra opción, me dormiré en el suelo si es necesario.
—Si, entonces duermes en el sofá, y yo en la cama. — Señala el sofá de la esquina.
— Ok
fin del Flash black
Y ahora nos encontramos en el club sensación, tenemos que despejamos la mente de tanto trabajo, Laila se lo merece, y si, lo sabía que su sueño era venir al Caribe. antes de contratar cualquiera de mi empresa, lo investigo, y claro que Laila no se iba a escapar, me da pena y triste verla tan ocupada, trabajando conmigo y con el imbécil de Martín,y en decir de ese imbécil, descubrir muchas cosas de él, muchas cosas feas y malas de su pasado, y no solo de su pasado, también tenía algunas cosas que había hecho a otras chicas, mejor no pensar en esas cosas ahora.
Miro hacia Laila, quien quiere engañar esa mujer es hermosa, es perfecta, con su vestido negro, con un escote en la espalda y el pelo recogido, se veía jodida mente hermosa, era un ángel caído del cielo.
Todos en el club no deja de babear por ella, y no sé, no me gusta como la miran, no son celos, no eso no es celos, solo soy supe protector, Laila no es de esas chicas que se va con cualquiera, que sea fácil de conquistar, que sea...
— Bailamos. — esa voz. veo como Carlos pide a Laila para Baila, me mira, me regala una sonrisa picara y mira nuevamente a Laila. sé sus intenciones, y no me gusta, quiero gritar que no vaya pero...
— Ve Bailar, yo te espero aquí. — ella solo me mira, me regala una sonrisa y se va con Carlos hasta la pista.
Le voy a matar.
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Prométeme©
Romantizm¿ Y sí te fui queriendo a diario, sin una ley, sin un horario? #772 EN ROMANCE Esta historia esta registrada en Safe Creative bajo el código 1702090602643 Queda prohibida toda copia y/o adaptación de esta obra. Todos los derechos reservados.