Ellos no se han ido.

Capítulo 1: Una fria bienvenida

Desde que era un niño, mi sueño fue siempre volar por los aires como los súper héroes, ser alguien que toque las nubes con las manos, ser alguien único, diferente, no un carpintero o cazador como las personas de mi pueblo.
Yo nací y crecí en un pueblo en Massachusetts, al lado de un frondoso bosque donde solo los adultos se podían meter, ya que niños pequeños podrían perderse y ser devorados por los coyotes que ahi habitaban. El pueblo se llamaba Tremon, en honor a Richard Tremon, el hombre que fundo el lugar. El bosque de al lado lo llamaron igual, ya que rumorean que fue el lugar donde Richard murio por parte de un traidor, al dispararle por la espalda. Bueno, esta es una historia principalmente llevada por rumores, pero nada mas.

Mi nombre es Derek Noile Poilet, vaya nombrecito, ¿eh?. Nací en el año 1983, en una cabaña humilde que pertenecía a mis padres. Viví en ese olvidado pueblo hasta los dieciocho años, cansado de la vida repetitiva del lugar, quería cumplir mi sueño, ser aviador.
Me despedí de mis padres y de el pueblo en febrero del 2001, yendo a la ciudad para ser alguien mejor y lograr mis objetivos.
La suerte me sonrió por varios años si soy sincero, ya que conseguí un departamento y un trabajo en las fuerzas aéreas del lugar. Ahí, conocí a Janine, la mujer mas hermosa que había visto en mi vida, una mujer rubia, de cabellera larga, suave y brillosa, mas unos ojos grises que me flecharon de inmediato. Yo antes de conocer a Janine, nunca había tenido pareja aun después de ser un hombre apuesto, alto, castaño y de ojos verde esmeralda iguales a los de mi madre; todo un galán. A través de los años ella y yo nos fuimos conociendo hasta que finalmente pudimos intentar una relación. Ella se mudo en mi departamento y desde entonces fuimos llevando nuestra relación.  En el año 2005 nos casamos y compramos una casa muy bonita, color blanco, de dos pisos y con un jardín enorme para los niños que planeabamos tener, mas una mascota. ¿Y mis padres? Bueno, ellos seguían viviendo en esa cabaña. Yo en ocasiones les mandaba dinero y les escribía, a veces le mandaba fotos también de mis viajes o de nosotros, Janine y yo.

Una tarde, Janine llego hacia mi mientras estaba sentado frente a mi escritorio, frente a la computadora.
-¡Cariño!, Ya se a que lugar quiero ir en nuestras vacaciones. -Me abrazaba firmemente por el cuello, besando mi nuca mientras sonreía, observando hacia la pantalla para ver que hacia.
-Ah, ¿Si? ¿y a donde te gustaría ir? ¿A caso a Japón? ¿O a México? Sabes que siempre he querido probar el sushi y los tacos directamente desde el lugar donde lo preparan. -Deje la computadora un momento para prestarle atención. Gire mi silla para tenerla de frente y hacerla sentar sobre mis piernas, acariciando su espalda mientras besaba sus brazos hasta llegar a su cuello.
-No no, tontito, quiero ir al pueblo donde creciste, quiero conocer en persona a mis suegros en persona, además de visitar al hermoso bosque Tremon, cuentan que es hermoso, a parte de que hacen tour para ir y tomar fotografías. ¿Hace cuanto que no ves a tus padres? ¡Deberíamos de ir! -Se le notaba la emoción en sus ojos y su sonrisa. Tenía razón, hace años que no veía a mis padres por estar ocupado en mi empleó. Pensé durante unos segundos y asenti, tomando su cadera para luego morder su mejilla izquierda con delicadeza, dejando salir un gruñido de flojera.
-Tienes razón, cariño. ¿Sabes? Te voy a consentir, iremos ahí, ¿Vale? Pero no te vas a separar de mi, no después de lo que paso en 1986.. -Mis ojos se quedaron pensativos un momento, recordando las historias y el miedo que tuvo cuando era un niño.
-¿Hablas de los asesinatos por los maniacos de el asilo? Pero cariño, hace mucho que paso eso, ya no hay que tener miedo por eso. Recuerdo que mis amigas de la secundaría y yo hablábamos todo el tiempo de eso. -Janine se levanto para ir a la cocina y servirse una taza de café. Aproveché para levantarme y ir detrás de ella, tomando yo una manzana para darle un gran mordisco.
-Durante esa época viví con mucho miedo, era un niño. Mis padres no me dejaban salir de casa y todos los días aparecía un cuerpo mutilado. Yo temía que algún día fuera el cuerpo de mi padre el que se encontrará muerto. Pero, tienes razón, hace mucho paso eso, no hay que preocuparnos, ¿Verdad? Faltan dos semanas para vacaciones y serán fantásticas. ¡El bosque Tremon sera un lugar maravilloso!.

Después de todo ella me había contagiado toda esa emoción. Reía mientras que le quite la taza de sus manos para ponerla en la barra de la cocina. Le cargue en brazos por la cintura y la hice sentar en la barra mientras que besaba su cuello y le daba mordiscos en ocasiones. Janine no podía parar de reír por las cosquillas que le provocaban mis besos, pero poco a poco se fue poniendo sería, abrazándose a mi por el cuello y con las piernas por la cintura.

-Esta noche, Janine, no sera necesario llevarte al cielo para que veas las estrellas. Solo sera necesario que te concentres en mi para que veas el mismo paraíso frente a tus ojos. -Mis besos se volvían mas coquetos y sensuales, mientras escuchaba esos tiernos gemidos de mi mujer. Esa noche, Janine y yo hicimos el amor. No podíamos pedir nada mas, eramos felices como pareja y no nos faltaba nada.
Lamentablemente no sabíamos que era lo que iba a ocurrir en ese maldito viaje..